La expresión naranjas de la china ha dejado de tener sentido en nuestros días. Pero en tiempos de nuestras abuelas no existía una expresión más adecuada que esta cuando lo que intentabas era mostrar asombro o extrañeza y comunicar algo parecido al actual ni de coña.
El origen no es otro que la incredulidad de los españoles de principios del siglo pasado ante la afirmación de que se pudieran importar naranjas frescas y en buen estado de un lugar tan lejano como China, país del que procedían estos productos.
Esta afirmación está documentada en el libro Del hecho al dicho, de Gregorio Doval (Del Prado, Madrid, 1995), en el que el autor declara que «cuando algún frutero afirmaba que las naranjas que vendía procedían de aquel remoto país, la gente se lo tomaba como una invención fruto de la fantasía y del afán comercial del individuo, pero algo evidentemente imposible… para los medios de transporte de aquella época, claro».
Aunque desde Yorokobu abogamos por la supervivencia de los dichos populares y pensamos seguir utilizando la expresión, lo cierto es que en la actualidad no solo se pueden transportar naranjas desde el gigante asiático en cámaras frigoríficas, sino que la auténtica naranja china, también denominada kumquat o quinoto, se cultiva en toda Europa.
Lo que no resulta nada raro es que un producto español y tan asiático como la naranja sea la gran protagonista del cóctel que propone un local llamado ZEN Asian Supper Club. Su coctelería está explotada por Gades Fusión, empresa coctelera en la que Adrián Castillo es el responsable de la creatividad, innovación y desarrollo. Y él es el autor de este combinado. «Un cóctel refrescante de aires orientales perfecto como aperitivo, pero también como sobremesa o para cualquier momento», explica Castillo.
Si una marca ha sabido concentrar la esencia de la naranja en un espirituoso esa es Cointreau, según este coctelero. Por eso es la estrella de este combinado, «que se potencia con los aromas y complejidad de Bonanto y Fernet Branca, todo ello atemperado con una soda casera de té matcha que amplifica todos los sabores en la boca».
ZEN ASIAN SUPPER CLUB
ZEN Asian Supper Club es uno de esos locales en los que la diversión, la música y el ambiente importan tanto como la propuesta culinaria o la carta de cócteles. Es la última apuesta del Grupo Zen, que dirige Roger Chen. Este empresario ha viajado por todo el mundo para detectar nuevas tendencias, que ha aplicado en este nuevo local, del que ha dicho es el más dinámico, nocturno, sofisticado y divertido del grupo. Por eso uno se teletransporta a Londres o Nueva York nada más cruzar la puerta de entrada. El resto de ingredientes: un imponente espacio en el que destaca un bonito patio interior, música con DJ de forma ininterrumpida, una carta que mezcla los mejores platos de la cocina china, japonesa y tailandesa y, por supuesto, cócteles bien servidos.
¿TE ANIMAS A PREPARARLO?
20 cl Cointreau
20 cl Bonato
20 cl Fernet Branca
30 cl soda casero
SODA CASERO:
Infusión de té matcha
Cúrcuma
Clavo
Canela
Naranja
Supasawa Cocktail Mixer
Servir todos los ingredientes en una coctelera y agitar enérgicamente. Colar y servir en un vaso Old Fashioned con una esfera o cubo grande de hielo.
Decorar con una lámina de naranja.
Para elaborar el soda casero, mezclamos los ingredientes con el té matcha caliente y dejamos infusionar unos minutos. Para muchos cocteleros, el Supasawa es uno de los pilares fundamentales de la mixología. Hace que los cócteles exploten en la boca. Está elaborado con agua destilada, cinco tipos de ácido (cítrico, málico, tartárico, succínico y el fosfórico), un poco de azúcar y sal.
Y si te apetece que te lo hagan sus creadores, ven a tomarlo al Zen Asian Supper Club, en el número 128 de la madrileña calle Velázquez.