The Kinks escribió hace casi medio siglo el desasosiego que produce el ajetreo urbano en Waterloo Sunset, un pepino musical de dimensiones cósmicas.
[pullquote]People so busy, make me feel dizzy,
taxi light shines so bright.[/pullquote]
La canción, sin embargo, es un consuelo para el espíritu y la constatación de que las puestas de sol son maravillosas incluso en la gran ciudad.
En el Yorokobu de septiembre te traemos, entre otras, la historia de Waterloo Sunset y un grito de ánimo para que el regreso al asfalto sea menos duro. También puede ser que te vayas de vacaciones en septiembre y, en tal caso, no podemos más que declararte nuestro odio más sincero a causa de la nada sana envidia que padecemos.
Antes de pedir tu ejemplar de Yorokobu de septiembre (la casa corre con los gastos de envío), te diseccionamos los contenidos que incluimos, que comprar a lo loco no toca hasta el mes de diciembre.
Ashgabat es un lugar construido para desafiar a la naturaleza. Un terremoto la destruyó en 1948 y acabó con tres cuartas partes de la población. La tierra se tragó la ciudad al completo en 15 segundos. Ashgabat tuvo que rehacerse sobre sí misma y sólo el tiempo permite a las personas dejar su huella en las ciudades. Cada vez que un conjunto de casas desaparece y aparece de repente, el resultado parece falso, frío, un atrezzo bizarro con aire de tanatorio por estrenar.
Te acercamos a una de las ciudades más extrañas del planeta.
Sebastian Erras encontró en Marrakech su camino de baldosas amarillas. El fotógrafo alemán caminaba despacio por el Palacio de la Bahía. Observaba las columnas, los arcos, las bóvedas. Hasta que, de pronto, miró hacia sus pies. Posaban sobre unos cimientos espectaculares. Debajo de sus zapatos yacían unas geometrías trazadas hacía dos siglos por orden del gran visir Si Moussa.
Desde hace siglos muchos piensan que unos sabios tienen que poner orden en la lengua para que la población hable con propiedad. Hoy esa idea ha saltado por los aires. Ah, y también echamos de menos la palabra 'fistro'.
Si alguien a los 40 años decide cursar una nueva carrera, no tiene más que matricularse en la universidad. Sin embargo, si esa carrera es musical, primero, probablemente, a su alrededor se lo tomarán a broma y luego, cuando trate de matricularse, ningún conservatorio lo aceptará. De hecho, si alguno le da el visto bueno, tendrá que enfrentarse a unos horarios y unas pedagogías diseñadas para niños. Hasta ahora. La especialista Ana M. Vernia decidió acabar con esta discriminación y desarrolló el programa Educación Musical para Adultos (EMA) en la Comunidad Valenciana.
Antes de explicar por qué los adultos no aprenden ni pueden aprender exactamente como los niños en la enseñanza reglada, hay una confusión que conviene aclarar desde el principio. Que no asimilen el conocimiento como en la guardería, el colegio o, en muchos casos, la universidad no significa que el sistema educativo y la empresa no estén pisoteando voluntaria o involuntariamente la creatividad individual en demasiadas
ocasiones.
La computación cognitiva está creando asistentes digitales que serán billones de veces más inteligentes que los humanos. Watson es un principio muy prometedor.
Lo que ha absorbido gran parte de la vida del mago James Randi, especialmente desde que tuvo que reducir su actividad en los 60 por problemas de espalda, ha sido combatir a aquellos estafadores que hacen fortunas con cosas tan delicadas como la salud o el dinero de las personas. Un héroe de nuestro tiempo.
Estos son los números gordos de Tea Shockats y Jimbo Bernaus.
Rafa Goicoechea pasó un día por Calpe y a lo lejos vio aquella majestuosidad roja. El interior le impresionó aún más. Y de algún modo sus torreones y sus escaleras misteriosas quedaron enredadas en sus pensamientos. El diseñador gráfico lo descubrió el día que esbozó esta portada. Empezó a construir una edificación que contuviera la palabra Yorokobu y entre sus letras se fue armando una estructura similar a la de la Muralla roja.
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