Hazte un selfi. Sí, ahora, pon la cámara de tu smartphone en modo espejo y dispara. ¿Te gusta el resultado? Claro, tu móvil es de nivelón, no le falta un pixel. Pero se nota que es un selfi, a que sí…
Imagina que, en lugar de en tu casa, en mitad de la calle o en la oficina, el selfi te lo haces en un estudio de fotografía profesional. Con la luz bien cuidada, una cámara seria y un montón de atrezzo para decorar la escena. Tú sola o solo frente a un espejo en el que puedes ensayar la pose, la sonrisa, donde consigues domar ese dichoso pelo que no se queda quieto donde lo has peinado, tu outlook y todo lo que quieras controlar de la escena en la que te ves tan bien como te has imaginado. Y sin la presión de tener testigos que te estén juzgando.
A grandes rasgos, eso es lo que ofrece Youlo (el acrónimo de You Only Live Once), un estudio de fotografía profesional pero sin fotógrafo, ubicado en Barcelona, que ofrece sesiones de fotos para quienes gustan de este tipo de imágenes con calidad profesional pero tomadas con la informalidad y diversión de un selfi.
El estudio está regentado por la fotógrafa Tamila Efendieva, de origen ruso, que se instaló en España junto a su marido hace ya 10 años. Profesora de lenguas extranjeras, comenzó enseñando inglés en la ciudad que la acogió, Barcelona, pero, tras ver la publicidad de un videógrafo australiano, despertó su interés por la fotografía. Hizo un curso, se compró el equipo y dejó la enseñanza de lenguas para dedicarse a hacer vídeos familiares con un estilo muy emocional. Montó su propio estudio, Wonderstory, y Youlo es una nueva línea de negocio en la que incorpora los autorretratos.
Las sesiones —de 20 y 40 minutos— pueden ser individuales, en familia o con amigos. El funcionamiento es sencillo: la cámara profesional está escondida detrás de un espejo y el propio usuario es quien va haciendo los disparos gracias a un control remoto. A medida que la cámara va disparando, los clientes pueden ver el resultado en un ordenador, corregir la postura o elegir otra idea.
El estudio cuenta con dos salas de distinto tamaño equipadas con muebles, sillas, algo de atrezzo y fondos de varios colores. Al llegar, Efendieva da algunas recomendaciones a los usuarios sobre dónde y cómo colocarse para hacerse el selfi y otros consejos, aunque ella recomienda no cargar la escena y tender al minimalismo. Los usuarios no necesitan tener ningún conocimiento técnico sobre fotografía, y tampoco tienen límite de fotos. Al acabar su sesión, pueden verlas todas en un ordenador, imprimirlas, comprar un álbum (con coste aparte) y recibirlas en formato digital y editadas en una hora.
Tamila Efendieva conoció este tipo de fotografía en un viaje por Armenia, aunque este tipo de estudios ya existía en Estados Unidos, Inglaterra, Tokio y Singapur, entre otros lugares. Le pareció que podía ser una experiencia divertida para compartir un buen rato con su madre y su hija, una manera especial de crear un recuerdo de aquel viaje.
«Ya existía el formato de estudios de autorretrato, pero somos los primeros en tener un espejo frente al que poder posar —explica Efendieva—. No queríamos que la gente viera la cámara, sino que se vean frente al espejo, y en familias grandes, es muy emocionante verse todos a la vez».