Es una de esas preguntas que uno no suele hacerse nunca hasta que, un buen día, repara en ello. Si en un país conducen por la izquierda y en el contiguo se conduce por la derecha, ¿qué diantres pasa en la frontera?
Puede que sí te lo hayas preguntado con anterioridad pero, si no es así, no te culpes. Al fin y al cabo, eso de conducir por la izquierda solo se hace en medio centenar de países y en algunas colonias británicas. La mayoría son islas y los que se encuentran dentro de un continente suelen tener como países vecinos otros con las mismas normas de conducción (como ocurre en el sur de África).
Sin embargo, en algunas fronteras sí que sucede, como en las que separan Pakistán y Afganistán, China e Irán o la que hay entre China y la antigua colonia británica de Hong Kong y las de Tailandia con casi todos los países que la rodean. ¿Cómo se evita que los coches choquen al cruzar la frontera en estos casos?
Semáforos y puentes colosales
La solución puede ser sencilla o escandalosamente compleja: la creatividad a la hora de esquivar este obstáculo ha dado lugar a cruces con un par de semáforos y a faraónicas obras de ingeniería dignas de Calatrava.
En este particular paseo por el mundo, la solución más sencilla se encuentra en Tailandia, donde este asunto de los cambios de carril se soluciona con cruces al estilo Scalextric y un par de semáforos, como ocurre en el Puente de la Amistad que separa Tailandia y Laos:
Este es un sistema bastante habitual en las fronteras tailandesas, que tienen al otro lado en un 90% de su extensión países donde se conduce por la derecha. Nada de grandes obras de ingeniería: soluciones prácticas, con una señal de advertencia antes de llegar al cruce, unos semáforos y todo arreglado.
Si vamos hasta la frontera de Brasil con Guyana encontramos una solución similar a la tailandesa, pero sin recurrir a los semáforos, sino a una obra. En este caso, un túnel en el punto en el que se cruzan los carriles permite cambiar de un sistema a otro sin lamentar daños ni producir embotellamientos que ralenticen en tráfico.
El tráfico de la frontera condiciona bastante el tipo de solución, aunque siempre hay quien se las apaña para hacer el más difícil todavía. Es el caso del Puente de Loto, uno de los que une China con Macao y, probablemente, el cambio de carril más complejo del mundo. Se trata de toda una oda a la ingeniería circense.
Es un sistema tan complejo – e innecesario, ya que el puente, con el mismo número de carriles, podría haberse cruzado con dos alturas diferentes como en la frontera brasileña – que para ver claro el cambio de sentido del carril puede que tengas que seguirlo con el dedo. Menos mal que internet es un lugar maravilloso en el que se puede encontrar una explicación gráfica a algo tan confuso:
Y este no es el único caso para el que se necesita un rato de observación. El cambio de sentido de los carriles en uno de los puntos en los que se puede cruzar la frontera entre China y Hong Kong no se queda atrás:
Lo más sencillo sería que en todas partes se condujese por el mismo lado, algo que parece bastante difícil teniendo en cuenta que para el universo británico las dos terceras partes del mundo viven en un error conduciendo por la derecha. No parece que vaya a haber acuerdo a este respecto…
Hablando de británicos y chulería, habría tenido mucho morbo conocer qué solución podría proponerse para evitar este problema en la frontera española con Gibraltar, por aquello de ver cómo intentan ponerse de acuerdo unos y otros. Sin embargo, en la colonia británica conducen por la derecha, así que no hay polémica que valga.
Lo más probable es que hubiera sido la obra más colosal del mundo o, al menos, la de mayor presupuesto. O, quizás, la de la construcción más larga de la historia. Porque sí, porque somos más chulos que nadie.