Lo llaman “casco invisible”. Aunque, realmente, es un airbag para proteger la cabeza. Porque cuando la bici rueda con normalidad, es una especie de collarín que rodea el cuello del ciclista. Pero si se produce un accidente, al instante, se convierte en casco. Se abre igual que lo haría un airbag. La diferencia es que, además, Hövding se plantea como un complemento de moda.
Lo han creado dos suecas, Anna Haupt y Terese Alstin, como alternativa a los cascos convencionales. El invento surgió después de varios estudios que revelaron que los ciclistas querían una protección que ni los despeinase ni les oprimiera la cabeza. Muchas personas no utilizan la bici para hacer deporte. La usan para desplazarse por la ciudad y, a menudo, dicen sentirse ridículos llevando cascos con diseño deportivo para ir a trabajar o salir por la noche.
Esta es la base sobre la que las dos diseñadoras suecas han estado trabajando seis años hasta que, en la actualidad, el producto se comercializa en tiendas del país nórdico y a través de internet. El proyecto, que nació como la tesis de un máster de diseño industrial, ha originado una empresa en la que trabajan hoy doce personas.
Hövding es un collar que contiene un airbag, doblado, cubierto por una funda que se puede cambiar fácilmente igual que la sábana de un edredón. La compañía ofrece varios modelos y asegura que irá ampliando su catálogo constantemente.
La compañía asegura que Hövding cumple con todos los requerimientos de seguridad que el resto de cascos del mercado. La protección, que va doblada alrededor del cuello del ciclista, está dotada de unos sensores que, al detectar movimiento anormales, despliega un airbag de nailon ultrafuerte.
La empresa sueca asegura que el airbag se infla en 0,1 segundos con un gas frío de helio y mantiene una presión constante durante varios segundos. De este modo, puede soportar varios golpes en el mismo accidente, y después, comienza a desinflarse poco a poco.
Hövding está equipado con luces LEDs que indican el nivel de la batería y un micropuerto USB para reemplazarla. El casco, que tiene un precio de unos 485 euros, tiene un solo uso una vez que se despliega y, además, lleva incorporado una caja negra que graba 10 segundos del accidente.
(Gracias por la pista, BeaBurgos)