Llamémosle el efecto embudo. En la parte más ancha están las ideas y los proyectos. Y ahí hay millones. Pero el mecanismo se va estrechando y, al final, solo salen unas pocas. ¿Cuáles? Probablemente las que se pueden pagar. Kickstarter nació en 2009 como plataforma de financiación colectiva y desde entonces más de 6,2 millones de personas han recaudado 800 millones de euros para proyectos tecnológicos y artísticos. ¿Quieres saber qué tienes que hacer para alcanzar tu objetivo de financiación?
La directora del programa artístico de Kickstarter, Stephanie Pereira, dio esta serie de consejos esta mañana en Sónar+D.
Un proyecto en Kickstarter es también una historia. Preséntalo como tal.
– El vídeo de presentación es clave
– Cuenta tu proyecto en dos o tres minutos
– Dale un tono personal
– Asegúrate de que las personas que lo vean pueden compartirlo fácilmente en redes sociales y cualquier otra plataforma
– Premia la participación de los individuos que apoyan tu proyecto. Puedes enviarles una copia de tu producto o algún tipo de regalo
– Ve contando tu proyecto conforme avanza en el tiempo. Puedes crear un blog o utilizar otra plataforma para mostrar su desarrollo y evolución
– Presta atención a las personas que te apoyan (backers). «Este es uno de los aspectos más importantes. Investiga bien quiénes y cómo son las personas que forman tu comunidad», indicó Pereira. «Es fundamental comunicarse con ellos a través de Twitter, Facebook, mail o cualquier otro medio. Aprende mucho sobre tu comunidad antes de publicar el proyecto en Kickstarter».
Esa fue la parte teórica de la masterclass titulada Lecciones de Kickstarter, en Sónar+D. Después llegó el caso práctico. El empresario Fernando Prieto contó la experiencia de su compañía, Gato Salvaje, en esta plataforma. En julio de 2012 publicaron su proyecto y, según dijo, «no recaudó nada». Era un videojuego llamado AR-K. Pero de aquel «fracaso» aprendieron que era imprescindible «contactar con el público y ganarte su confianza». Además, «es imprescindible tener visibilidad. Mucha visibilidad y, preferiblemente, en Estados Unidos».
Prieto resaltó que «es imprescindible captar la atención en 5 minutos y añadir emoción al proyecto». El economista dio estas claves:
– Piensa bien cómo lo explicas
– Diseña bien cómo lo harás emocional
– Estudia bien cómo le darás visibilidad
En mayo de 2013 volvieron a intentarlo y esta vez sí consiguieron la cifra que se habían propuesto. «Creamos una empresa en Miami, llamada Start Your Business Internet Consulting (SYBIC), con la única finalidad de alcanzar la financiación en Kikstarter. Nos hicimos las preguntas adecuadas y, al final, dio resultado». Además, se asociaron con un dibujante muy conocido en EEUU y utilizaron su imagen en el vídeo de presentación. Esta vez sí era una pieza bien explicada, emocional y con muchas posibilidades de hacerse viral.
SYBIC consiguió su propósito y, por eso, la empresa continuó su actividad, aunque ahora lo hace para que otras compañías alcancen sus objetivos en Kickstarter. «En España no hay cultura de crowdfunding. Además, la gente piensa que es muy difícil crear un proyecto en esta plataforma, pero no es así. Es solo cuestión de cumplir sus requisitos».
«No se trata de ningún tipo de magia», indicó Pereira. «Es cuestión de cumplir con una serie de requisitos profesionales». Entre ellos, «investigar cuál es el tipo de lenguaje que se usa en Kickstarter y utilizarlo», añadió el empresario Martin Varsavsky. «También es fundamental una buena cobertura en los medios de comunicación. Las reseñas positivas generan mucho tráfico a la página del proyecto».
Pero, además, Kickstarter aporta algo más que dinero. Varsavsky destacó que la página de un proyecto recoge opiniones y sugerencias muy valiosas. «La opinión de una persona que apoya tu producto, que lo quiere y que por eso está dispuesta a ayudarte para que sea lo mejor posible, tiene cien veces más valor que la de otro individuo cualquiera. En las reacciones que encuentras en Kickstarter tienes el mejor feed-back. Es la mejor manera de saber si tu producto puede funcionar y, a la vez, es una forma muy barata de fracasar. Solo te cuesta lo que inviertas antes de lanzarlo en la plataforma».
Imagen del videojuego AR-K