Influenciado por la ingente cantidad de divulgadores científicos que consumo compulsivamente en las redes sociales y por cierto asteroide patatoide que me arrancó una sonrisa recientemente, me animo a hacer mi propia interpretación de los conceptos más locos que he ido leyendo por ahí. Aviso a navegantes: no te puedes fiar de todo lo que ves en internet. Este artículo está inspirado en fuentes pseudocientíficas ya de por sí dudosas que, al pasar por mi sesgo e interpretación, han podido perder calidad por el camino. No me lo tengas en cuenta.
Estás siendo tragado por un sumidero galáctico supermasivo, y lo sabes

Artículos relacionados

9 de julio de 2025
Fuimos un país esclavista, no lo olvidemos

7 de julio de 2025
¿Y si la curiosidad no mató al gato, sino que lo salvó?

8 de julio de 2025
La Dama de Elche: el arte también se toca

7 de julio de 2025
La historia que emocionó a Spielberg
Misma categoría
Artículo relacionado

Sobre nosotros
Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
