Lo último en publicidad subliminal: colar marcas de bebidas alcohólicas en las letras de las canciones

El hostigamiento de las autoridades sanitarias a las marcas de alcohol y tabaco ha llevado a los fabricantes de ambos vicios a buscar nuevos territorios en los que promocionar sus productos. ¿El último? ‘Infiltrar’ el nombre del trago en letras de las canciones. O pagando o sin pagar.

“He llevado una vida normal

Veo que no puedo engañarte

Siempre DYC, nunca Johnnie Walker”

Los Nikis, ‘Por el interés te quiero Andrés’

Los fabricantes de licores han inventado de todo para llegar a sus clientes potenciales, desde montar hasta la saciedad las llamadas ‘fiestas’ en bares (que no son actos promocionales en torno a marcas como Pampero o Chivas) hasta ‘obligar’ a los madrileños a pronunciar una y otra vez la palabra Heineken cada vez que hacemos referencia a la otrora famosa sala de conciertos Arena.

Pero lo de ‘dejar caer’ las marcas de bebida dentro de las canciones entra de lleno en el terreno del ‘product placement’. Unos investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh analizaron las letras de 793 canciones de pop y hip-hop dirigidas al mercado juvenil entre 2005 y 2007 y hallaron 3,5 menciones a marcas de alcohol por cada hora de música.

Teniendo en cuenta que los adolescentes están expuestos a una media de 2,5 horas diarias de música pop, cada uno escucha 8 o 9 veces el nombre de las marcas. Y casi la mitad (41%) de las veces esas menciones son positivas, frente a una escasa quinta parte (17%) de negativas, concluye el estudio.

Jay-Z, nombrando como quien no quiere la cosa su marca de vodka, Armadale.

Lo que no quiere decir que los raperos estén necesariamente pagados por las marcas en cuestión. Al fin y al cabo, hacer mención (como la de Los Nikis que abre este artículo) a una marca es un guiño pop asumido y generalizado, ya sea un bote de Colón o una botella de Cruzcampo.

Pero no siempre es el ingenio del compositor el que está detrás de la aparición casual de Absolut o Bacardí entre los versos de la canción. En ocasiones es la larga mano de la discográfica la que propicia la mención, según denuncia el estudio de la Universidad de Pittsburgh, que cita la compra de Universal (1995) y Polygram (2001) por parte del destilador canadiense Seagram como sospechosa de la creciente aparición de marcas de bebidas en las canciones.

Sí resulta más asombroso que algunos raperos, como es el caso de Sean «P. Diddy» Combs (Ciroc Vodka), Jay-Z (Armadale Vodka), Lil’ Jon (Little Jonathan Wineries), Snoop Dogg (Landy Cognac), Ludacris (Conjure Vodka) y TI (Remy Martin Cognac)  no citen en sus letras cualquier bebida sino SUS propias marcas de bebida, según la prolija recopilación que hace Medical News.

Bien pensado, tiene todo el sentido: ya que están gastando su tiempo en sacar un disco que (casi) nadie va a pagar, por lo menos pueden obtener algún retorno anunciando alevosamente en sus letras las marcas de vodka y tequila de las que son propietarios. Así, el círculo se cierra mágicamente: adolescentes borrachos escuchan música ilegalmente descargada mientras consumen la bebida que promociona en la canción el rapero saqueado.

La frontera entre publicidad y mención casual es fina como el vidrio de una botella de cognac. El hit ‘Pass the Courvoisier’, de Busta Rhymes hizo que las ventas del distinguido licor aumentaran un 20% en 2002, el año de su lanzamiento, estableciendo una alianza contra natura entre el manager de Puff Diddy, que responde al nombre de Violator, y los bodegueros Domecq, propietarios de la marca.

Resumen del estudio. Visto en Futurity y Medical News. Más información entre los vínculos del rap y la priva, aquí.

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