¿Qué se necesita para poner en marcha una idea hoy en día? Hay varias cosas. Algunas son tan obvias y a la vez importantes como tener una idea que poner en marcha. Se necesita también cierta visión de la realidad para asegurarnos de que esa idea aporte algo y sea necesaria, se necesita tiempo para desarrollarla, se necesita planificación, se necesita capacidad autocrítica, ilusión, ganas… Pero más allá de cuestiones intangibles, ¿qué conocimientos, habilidades o perfiles profesionales puedo necesitar para llevar a cabo mi proyecto?
Si tuviera que dar un consejo a alguien que tiene una idea sería que la llevara a cabo en internet. No es sólo porque sea una comunidad inmensa e internacional que te da un hueco instantáneo en todo el mundo. Tampoco porque en un soporte digital las posibilidades de desarrollo sean infinitas. Tampoco porque se reduzcan los costes de alquiler, almacenamiento, distribución y gastos comunes al mínimo. Es por esas tres razones y algunas más como que el comercio electrónico es una de las pocas esperanzas que nos quedan en un contexto de crisis global como este.
Podríamos bautizarlo como ‘la teoría empresarial de las cuatro patas’, que tiene cierto componente sexual, o ‘la teoría empresarial del perro’ o cualquier otro cuadrúpedo que se os ocurra. Tanto da. La clave de la idea es que para poner en marcha una idea hoy en día hacen falta cuatro campos de conocimiento, cuatro perfiles muy diferenciados.
- Perfil de contenidos. Como su propio nombre indica, es quien hace el contenido. Básicamente es quien tiene la idea, quien la desarrolla, quien la planifica y quien la aplica. También quien la mantiene, piensa cómo puede evolucionar y cómo se adapta a lo largo del tiempo. Si nuestro proyecto es una tienda, pensará qué tipo de productos vender en función del momento y de las cifras. Si nuestro proyecto es una revista, será quien nutra de contenido los artículos.
- Perfil de diseño. Aunque suene raro dicho por un periodista, en la Red es tan importante el aspecto como el contenido. Una página poco atractiva no invitará a que leamos su contenido por impresionante que sea, pero una página cautivadora en lo visual hará que nos apetezca navegar por ella aunque no nos guste su contenido. Tener a alguien que sepa de diseño, de jerarquía visual, de tipografía, de colores, de logotipos, de cómo ordenar los elementos de la página puede ser la diferencia entre una página más o una gran página.
- Perfil técnico. No todos sabemos programar, ni hacer desarrollos informáticos. A lo mejor tenemos una gran idea pero no sabemos llevarla a cabo, o no sabemos implementar pequeñas herramientas para nuestra página. Quizá no sabemos solucionar que cargue más rápido, que posicione mejor en buscadores o que se vea bien en cualquier dispositivo. Además de esos conocimientos técnicos, palabras como ‘usabilidad’, ‘SEO’ o ‘experiencia de usuario’ deberían ser cuestiones capitales a la hora de desarrollar un proyecto.
- Perfil comercial. Un proyecto no vive del aire, necesita dinero. Y no todos sabemos vender un producto. Para que nuestra idea funcione lo primero es que la gente la conozca (y, obviamente, que sea buena y útil). Alguien que negocie publicidad, que rentabilice nuestra audiencia, que estudie cómo trabajar con las redes sociales, qué tipo de usuarios tenemos, cómo llegar a ellos y cómo convencerles es clave. Puedes llamarlo comercial si se dedica a la venta de espacios publicitarios, community manager si se centra en las redes sociales, estratega, gestor de reputación online o como quieras. Pero sin alguien que conozca tu producto y su entorno será difícil saber cómo trabajar.
¿Y ya está? Pues dependerá del tamaño de tu idea. Si lo que vas a poner en marcha es un desarrollo complejo que requiere invertir en personal necesitarás a gente de personal que te lleve las cuentas y los papeleos. Si te vas a ver expuesto a situaciones jurídicamente complejas necesitarás a gente de legal para que te asesore. Si quieres externalizar parte de tu trabajo te vendría bien alguien que gestionara colaboraciones y servicios de terceros. El número de patas dependerá de la complejidad de tu idea: quizá tu proyecto, si es muy ambicioso, se parezca más a un pulpo que a un perro.
La clave está en cómo conseguir esos cuatro perfiles. O tienes dinero para contratar a gente o te buscas socios que puedan aportar las cosas que a ti te faltan. Así que ya sabes, si tienes conocimientos en alguna de las cuatro ramas puedes ofrecerlo en los comentarios, quizá hay alguien por ahí con una idea que busque completar sus ‘patas’.
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Foto: Agnieszka Bernacka | Flickr (CC)