La edición del 36 days of type de este año está siendo muy distinto. «Entre los diseños de letras y números recibidos hemos visto infinidad de rollos de papel higiénico y otras alusiones al confinamiento que nos afecta a casi todos», nos cuentan sus organizadores.
La cuarentena también está afectando a los mensajes que acompañan a las creaciones. «Hay referencias constantes al #staysafe o #stayhome. «Y, en general, hay mucha solidaridad, amor y empatía, algo que emociona bastante».
El evento ha pillado a sus participantes recluidos en casa. Aunque lo que les propone esto año es lo mismo que en ediciones anteriores: enviar un diseño al día con sus propias reinterpretaciones de letras y números, y compartirlo en Instagram con las etiquetas del certamen. Y todo eso siguiendo el calendario propuesto por los organizadores. Este año la veda se abrió el 2 de marzo y se mantiene hasta el 8 de abril.
«Muchos de los participantes se han tomado el confinamiento como una buena excusa para seguir con el proyecto, dedicarle más tiempo o para apuntarse en el último momento. Para algunos de los que estamos encerrados en casa está suponiendo una bendita distracción», explica Rafa Goicoechea, quien en 2014 y junto a Nina Sans, puso en marcha la iniciativa.
Más allá de la crisis del coronavirus, la presente edición del 36 days of type cuenta una importante novedad. Por primera vez dispone de un patrocinador, Fontself, desarrollador de una aplicación para crear tipografías a partir de diseños vectoriales .
«También tenemos como colaboradores a Adobe y NVIDIA, con quienes hemos organizado sendos concursos paralelos que premiarán algunas de las mejores propuestas de este año». Que tanto espónsor como colaboradores fueran empresas relacionadas con el sector creativo era un requisito imprescindible para darles entrada en el proyecto, añade Goicoechea.
A pesar de que el certamen apenas ha variado sus reglas de funcionamiento desde sus orígenes («aunque siempre tratamos de mejorar para mejorar la experiencia de los participantes»), esta edición ha contado con algún que otro contratiempo: «Instagram nos ha jugado alguna y hemos tenido que reducir el volumen de posts y acciones en nuestra cuenta ya que ahora mismo a la mínima te bloquean».
Lo que sí ha cambiado ha sido el perfil del participante y la forma en la que este se involucra: «Al principio era todo muy espontáneo. Participaba todo tipo de gente, aunque no fueran diseñadores o artistas visuales, solo por unirse a esa marea. Era todo un poco más fresco y menos profesionalizado. Ahora, en cambio, aunque sigue habiendo mucha gente que lo considera su oportunidad anual para experimentar con un proyecto personal, también hay mucha otra que lo considera un escaparate y viene muy preparada».
«Esto –continua Goicoechea– no tiene nada de malo, pero, como con todo, siempre hay extremos. En este caso, ocurre con los que se obsesionan y buscan el like o ser publicados a base de hacerse un poco pesados. Pero, en general, estamos contentos con cómo ha evolucionado el trabajo y el tipo de proyectos que se presentan».
De hecho, la calidad de los proyectos ha ganado enteros en los últimos años, reconoce. Basta con echar un ojo a los ejemplos que se recogen en este artículo (selección, por cierto, realizada por los organizadores dentro de su labor de como curators/selectores de contenido).
«Se ven auténticas maravillas en cada edición. Además, que se pueden entrever ciertas tendencias que predominan de año en año». La animación es una de las que están triunfando este año. «Y también el diseño puramente tipográfico que explora más la forma de la letra. Esta última, por razones obvias, es quizá nuestra tendencia favorita».
Tanto Sans como Goicoechea saben que la cita que organizan todos los años está marcada en rojo en los calendarios de muchos diseñadores, ilustradores, animadores y otros profesionales del sector: «Que la gente esté pendiente del proyecto y que le dedique todo ese tiempo hace que nos sintamos como un referente, ¡para que negarlo! Aunque siempre desde la modestia. Mientras la gente que participa y nosotros mismos nos sigamos ilusionando, seguiremos mimando el proyecto y ¡dando guerra!».