‘The Revenant’: una defensa de la naturaleza bajo el disfraz de una película

La reina de África, Lawrence de Arabia y Apocalypse Now se rodaron bajo calores insoportables, enfermedades y otras complicaciones poco frecuentes en la mayoría de los rodajes. La disentería pudo con todos en La reina de África menos con John Huston, el director, y Humphrey Bogart (se dice que las borracheras inmunizaron a ambos). La malaria y las drogas circulaban en el rodaje de Apocalypse Now y las tormentas de arena casi echan a perder Lawrence de Arabia.

El renacido (The Revenant) dirigida por Alejandro Iñárritu también se enfrentó a los elementos: a los -30 grados de las Montañas Rocosas de Canadá y fuertes disputas en el rodaje. Iñárritu considera que el sacrificio era necesario para que el público se sumerja en la historia de Hugh Glass, un personaje histórico encarnado por Leonardo DiCaprio. Glass fue un trampero que en 1830 fue atacado por un oso y abandonado por sus compañeros.Tras recuperarse de sus heridas atraviesa la nevada Dakota del Sur en busca de venganza.

«Si hubiéramos rodado con pantallas verdes, habríamos tenido unas sesiones de rodaje tranquilas, pero la película habría sido una mierda», dice Iñárritu, que rodó siguiendo el orden cronológico de los hechos y con luz natural. No suena raro que DiCaprio diga a los periodistas:

«The Revenant es una película de las que ya no se hacen».

Si nos fijamos, además de las dificultades, The Revenant comparte con La reina de África, Lawrence de Arabia y Apocalypse Now el concepto de viaje iniciático. Los personajes que comenzaron el viaje se transforman al llegar a su destino; ven la vida de otra manera (para bien o para mal).

El documental A World Unseen, dirigido por Eliot Rausch, muestra una parte de estas dificultades (por ahora, en inglés sin subtítulos en ningún idioma). Además de Iñárritu y DiCaprio, el documental recoge testimonios de otros miembros del equipo, entre quienes destacan Jack Fisk como un diseñador de producción obsesionado por recrear cada detalle de 1830, y el director de fotografía Lubezki y su hermanamiento con la luz natural.

El vídeo es un caramelo que Fox, la productora, ofrece a los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográfica de los Estados Unidos a la puerta de los Óscars. También es un nuevo llamamiento a la toma de conciencia de los problemas medioambientales y a mostrar respeto por las tribus indígenas.

Un poema a la Naturaleza

Iñárritu se sienta a contemplar el «cómo se hizo» con una taza humeante. El documental realmente comienza con el director en cuclillas frente a una corriente de agua agitada. Tiene su atención en una lasca mientras recuerda las palabras de Goethe:

«El poeta sabe qué es lo que quería escribir, pero no sabe qué es lo que ha escrito».

De esta manera, Iñárritu comienza a exponer cómo la historia épica de Hugh Glass —una historia verdadera— acaba convirtiéndose en un alegato ecologista.

Hay por parte de Iñárritu y el equipo un interés por conocer la cultura de los indios norteamericanos. Por ejemplo, el primer día de rodaje (como se ve en el documental), el director recibe la bendición de los ancianos de la tribu Stoney junto al río Bow en Alberta (Canadá). Forrest Goodluck, que interpreta a un adolescente indio «adoptado» por Hugh Glass, viajó con su familia a la reserva de Fort Berthold en Dakota del Norte para explorar la Historia del pueblo indio al que pertenece el personaje.

«Eres mi hijo», dice DiCaprio a Goodkluck en una escena de The Revenant que recoge el documental. Aquí hay una rara manifestación de amor de un hombre blanco del siglo XIX hacia una persona de otra raza. En El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad (origen de Apocalypse Now) escrito en 1899, el narrador habla así sobre la muerte de un indígena africano:

«Yo echaba atrozmente de menos a mí difunto timonel; lo echaba de menos, ya en los momentos en que su cuerpo estaba tendido en la cabina de pilotaje. Tal vez juzguéis bastante extraño ese pesar por un salvaje que no contaba más que un grano de arena en un Sahara negro».

Ese «tal vez juzguéis bastante extraño ese pesar» es una prueba de que el lector coetáneo de Conrad, blanco, no considera el amor ni el cariño entre personas de distintas razas.

Han pasado casi dos siglos de la aventura de Glass y, sin embargo, el desprecio por otras razas sigue vigente. De hecho, el documental cierra comentando la avaricia de las grandes corporaciones que demandan energía eléctrica destrozando así el hábitat de las comunidades indígenas de Canadá. El cambio climático también estuvo presente en el rodaje: «Los rápidos cambios de temperatura obligaron al equipo de filmación a viajar desde Canadá hasta la Argentina, solo para encontrar nieve».

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