No mezclar elefantes y ricino
Desde que Wikileaks convirtiรณ a medio mundo en inesperado voyeur de la trastienda polรญtica del otro medio, hay palabras que se han dado un baรฑo de autoestima. Como los ‘cables’, por ejemplo, que antes eran cosas de la televisiรณn o de los ‘elรฉctricos’, esos enigmรกticos seres humanos inmunes al calambrazo, y que ahora son esos mensajes que hablan de las