En Barcelona, el Orgullo no se cuelga solo en las banderas. Se expone en vitrinas, se lee en bibliotecas, se baila en los barrios, se cuenta en voz alta en los casales, se tatúa en la piel de quienes defienden la libertad con hechos. Aquí cada junio la ciudad entera se convierte en una exposición viva. La exposición de La libertad de ser.
Gràcia: El cuento con final distinto
En la Biblioteca Vila de Gràcia, durante un cuentacuentos LGTBI, Julia, de 5 años, interrumpe al narrador. «¿Pero entonces la princesa se casa con otra princesa?» La madre sonríe. La abuela también. En Gràcia, el Orgullo empieza con relatos nuevos que desactivan prejuicios desde la infancia.
Raval: Micrófonos abiertos, corazones también
En la plaza Salvador Seguí, un micro abierto reúne a poetas queer. Saïd recita: «Yo soy el himno de todas mis contradicciones». A su lado, una señora de 82 años aplaude con emoción. Es vecina del barrio y no se pierde una actividad del Centro LGTBI. «Aquí aprendí a querer mejor», dice, «y a entender que hay muchas formas de amar que no conocía».
Poble-sec: Un museo que sale del armario
En el Museu Nacional d’Art de Catalunya, una visita comentada aborda el deseo queer en la historia del arte. Se detienen ante un óleo del siglo XIX. «No es que no hubiera amor entre hombres o entre mujeres en esa época». explica la guía, «es que durante siglos, alguien se encargó de borrarlo. Hoy lo recuperamos».

Sant Andreu: Bailar también es un manifiesto
Frente al casal de barri, un taller de voguing reúne a jóvenes del distrito. Han llegado por curiosidad. Acaban quedándose por identificación.«No se trata solo de mover el cuerpo», dice una de las participantes, «se trata de ocupar el espacio, de hacerlo tuyo».
Eixample: No todo es fiesta, pero también
En la marcha del Pride por la Avenida Maria Cristina, decenas de miles de personas celebran lo conquistado. Pero en cada pancarta hay también un recordatorio: aún queda mucho por hacer. «Celebramos porque resistimos»,dice Aina, voluntaria desde hace 7 años, «y resistimos porque merecemos alegría».

Orgullosamente plural
Museos que reinterpretan sus colecciones desde una mirada queer, bibliotecas que programan literatura disidente, centros cívicos que acogen talleres de voguing, maquillaje y activismo, plazas que se transforman en salones de baile o ágoras de palabra libre, y balcones que se visten de arcoíris como si fueran pancartas vivas… Barcelona entera se convierte en escenario.
Durante el mes del Orgullo, el Centro LGTBI de Barcelona amplía sus actividades. Hay charlas sobre salud mental, encuentros intergeneracionales, talleres de memoria afectiva, clubes de lectura, ciclos de cine. Las bibliotecas de barrio lanzan recomendaciones temáticas y organizan sesiones especiales para público infantil. El MNAC, el MACBA, el CCCB, el Born y el MUHBA programan visitas comentadas y exposiciones que abordan la disidencia sexual y de género en el arte, la historia y la política.
En los barrios, el Pride se descentraliza. Gràcia, Raval, Sant Andreu, Poble-Sec, Nou Barris o el Clot crean su propio calendario de actos, desde cenas vecinales a cabarets, desde jornadas deportivas inclusivas hasta rutas por la memoria LGTBI.
Todo culmina en una gran celebración que es a la vez fiesta, manifestación, ritual de alegría y acto político, el desfile del Pride Barcelona, que recorre la avenida María Cristina entre carrozas, cuerpos que brillan y mensajes que no se olvidan. Porque la lucha sigue, pero también la vida. Y en Barcelona, la vida, diversa, libre, compleja y luminosa, se celebra sin pedir permiso.