Uno piensa en Parรญs y automรกticamente se le vienen a la cabeza ciertos lugares que son universales y conocidos por todos. Incluso sin haber pisado la ciudad. Unos espacios que han quedado impresos en el imaginario popular despuรฉs de que miles de pelรญculas, series, libros, fotografรญas, cuadros, canciones, los transmitieran de generaciรณn en generaciรณn como puntos de referencia de la urbe. Pero, ยฟpor quรฉ empezamos a percibir Parรญs y a la Torre Eiffel, al Sena o a Notre Dame como elementos inseparables? Mucha culpa de ello la tienen artistas como el fotรณgrafo Brassaรฏ.
Y es que este creador, cuyo nombre real es Gyula Halasz, fue de los primeros que construyรณ con su cรกmara y su modo de mirar la ciudad de Parรญs que ha quedado en la memoria colectiva. Una serie de instantรกneas que ahora se pueden apreciar en el Museo Picasso de Mรกlaga, donde han querido rendir homenaje al autor, a la ciudad francesa y a la amistad entre el fotรณgrafo y el pintor espaรฑol.
Josรฉ Lebrero, director artรญstico del museo, cuenta que esta idea surgiรณ cuando la pandemia no nos permitรญa viajar, ya que ยซtraer Parรญs a Mรกlaga era interesante. Ademรกs, el exponerlo en un museo de Picasso nos permitรญa poner la atenciรณn en la relaciรณn que tenรญan, en cรณmo Brassaรฏ captรณ la vida y obra del pintor malagueรฑoยป.


Un Parรญs ya desaparecido
Las fotografรญas mรกs icรณnicas de Brassaรฏ son las que hizo durante los aรฑos 20, 30 y principios de los 40, antes de que empezara la II Guerra Mundial y la posterior ocupaciรณn nazi de la ciudad. ยซSe trata de un Parรญs ya desaparecido fรญsicamente, pero que sรญ existe poรฉticamenteยป, sostiene Lebrero. Un lugar que se puede mirar, leer, incluso vivir, pero que tiene poco que ver con la apariencia actual. ยซAunque no hay nadie que vaya a la ciudad y no lo busqueยป, apunta.
Esto es debido a que Brassaรฏ consiguiรณ revolucionar la manera en la que la fotografรญa interpreta la ciudad. Y eso que no tenรญa ningรบn tipo de formaciรณn. ยซรl empezรณ a hacer fotos para que sus escritos periodรญsticos sobre la ciudad, como los de la revista surrealista Minotaure, ganaran fuerza e intensidad. รl no fotografiaba el patrimonio arquitectรณnico de un modo informativo, sino con una mirada misteriosa, romรกntica, existencial. Va a ser uno de los primeros en disparar asรญยป, matiza Josรฉ Lebrero.
ยซHay que tener en cuenta que la fotografรญa es un medio de reproducciรณn del mundo que dice verdades sobre lo que vemos. Sin embargo, al tener que usar unas cรกmaras que precisaban unos tiempos de exposiciรณn muy largos para poder captar la luz nocturna, Brassaรฏ tuvo que inventar formas de recoger lo que a primera vista los ojos no venยป.



El resultado de esas fotografรญas son lugares que de algรบn modo no existen, ya que nuestros ojos no pueden percibirlas como tales. รl no veรญa la ciudad objetivamente, ni tenรญa interรฉs en ello, sino que se empapaba de ella para hacerla relucir mรกs poรฉtica e intensamente en lo que quedaba registrado en la cรกmara. Ademรกs, al contrario de muchos fotรณgrafos de hoy en dรญa, Brassaรฏ era un disparador de un solo click.
ยซSe ponรญa delante de algo y lo fotografiaba antes de que desapareciera. Esa fugacidad de la existencia contra la que lucha la cรกmara era lo que le empujaba. Era consciente de que esa ciudad que tanto paseaba iba a desparecer. De hecho, ya acercรกndonos a los aรฑos 40, con la ocupaciรณn nazi, dejรณ de existirยป, apunta el especialista.
Los cuatro costados de Brassaรฏ
Ademรกs de mostrar al gran fotรณgrafo que fue Brassaรฏ y la revoluciรณn que supuso para este arte, en la exposiciรณn tambiรฉn han querido revelar otras facetas suyas quizรกs mรกs desconocidas. Por ello, han divido la muestra en cuatro tรณpicos.
En el primero, se exhibe ese Parรญs de noche, el que de los aรฑos 20 y 30 que habรญa salido de la I Guerra Mundial, de la depresiรณn econรณmica y de una pandemia, pero que lucรญa bello y feliz. ยซEn estos momentos el fotรณgrafo muestra la arquitectura nocturna, la fiesta, las diferentes identidades sexuales que en esa รฉpoca estaban prohibidas, los trabajadores de noche, los prostรญbulos y un largo etcรฉteraยป, comenta Josรฉ Lebrero.


Pero tambiรฉn aparece la otra cara, la del dรญa, que tiene que ver con las sensaciones que se le despertaron durante los aรฑos de su niรฑez que estuvo viviendo en la ciudad. ยซUna clara muestra de ello son los niรฑos jugando en los jardines de Luxemburgo, por ejemploยป, sostiene.
El tercer costado es muy interesante, ya que da muestra del mundo creativo y artรญstico de la ciudad que adoptรณ a Brassaรฏ como uno de los suyos. ยซHay fotografรญas de Jean-Paul Sartre, de Samuel Beckett, de Anaรฏs Nin, de Salvador Dalรญโฆยป, apunta el director.


Y, por รบltimo, estรก la secciรณn dedicada a esas conversaciones entre Picasso y el fotรณgrafo, rememorando un libro en el que reรบne muchas de ellas. ยซFueron muy amigosยป, sostiene Lebrero, ยซpor ello incluimos tambiรฉn alrededor de mรกs de 20 obras del pintor malagueรฑo que se entienden mejor rodeadas del arte de Brassaรฏยป.


