En 2001, tras los ataques del 11 de septiembre, George W. Bush ordenó la creación de un equipo de agentes secretos para defender a Estados Unidos y los demás países del mundo libre de la lacra del terrorismo internacional. El programa, denominado ‘Azote del terror’, era tan tan secreto que ha tenido que ser el dibujante Benjamin Marra el que lo saque a la luz.
Su nuevo álbum, Terror Assaulter: O.M.W.O.T. (One Man War On Terror), que llegará al público español dentro de unos días de la mano de Autsaider Cómics, y con el título Azote del Terror: C. A. U. (Comando Antiterrorista Unipersonal), narra las aventuras de uno de estos héroes a los que tanto les debemos, y muestra sin tapujos ni mojigaterías su forma de luchar en pro de la democracia occidental.
«Lo que sucede en nuestro mundo es propio de esa cualidad humana de intentar destruir al otro por muy diferentes y desconocidas razones. Por eso, en ocasiones necesitas actuar en las turbias aguas de la moralidad con objeto de preservar la libertad y aplicar la justicia», bromea Marra, quien no ha dudado en llevar ese planteamiento hasta sus últimas consecuencias.
Si la misión por la paz mundial exige pilotar un avión, se pilota. Si es necesario pelear, se pelea. Si hay que copular con todas las mujeres que se encuentra uno por la vida, se copula. Si hay que hacer estallar un edificio en mil pedazos, se estalla. Si hay que practicar el acto con todos los hombres con los que uno se topa, se practica.
¿Quién se atrevería a censurar las relaciones genitales completas con transexuales en defensa de la justicia universal? No será George Bush, ni Benedicto XVI, ni Rouco Varela, ni mucho menos C. A. U. Si en un momento dado es necesario fumar, nuestro héroe fuma como un carretero. Así es la vida de un agente secreto internacional. Así es C. A. U., un «cabrón calculador, frío y muy molón», en palabras de Benjamin Marra. Sí, pero como diría Roosevelt de Anastasio Somoza, «es nuestro cabrón».
Por las más de cien páginas de C. A. U., Marra realiza una sátira feroz de la enfermiza obsesión de los Estados Unidos por la seguridad mundial. Para ello no ha dudado en echar mano de todos aquellos clichés usados previamente por los gobiernos de su país en sus productos de propaganda, sean estos superproducciones de Hollywood, series de televisión, cómics o revistas.
De hecho, es en uno de los tráilers de este tipo de productos en el que se inspiró a la hora de desarrollar la historia. Según ha declarado Marra a Dan Meth, del blog BuddFeed, «cuando vi este trailer reeditado de la película American Hunter, protagonizada por el hijo de Robert Mitchum, Christopher, pensé: “Quiero convertir ese trailer en un cómic”. Después la cosa tomó su propio camino».
Testosterona, pechos recauchutados, dominación masculina, sumisión femenina, machismo puro y duro, diálogos absurdos, violencia gratuita, sexo aún más gratuito, músculos, tatuajes y nicotina son los elementos que aderezan esta trepidante historia que hace que las películas de Chuck Norris, Charles Bronson, Stallone, Schwarzenegger, Vin Diesel o Van Damme sean productos aptos para el horario de protección infantil.
El resultado es un tebeo divertido, delirante y muy colorista. A diferencia de sus cómics anteriores, C. A. U. es una superproducción en cuatricromía en la que destaca el buen uso de las tramas, que dan al conjunto un aspecto semejante al que tenían los cómics de superhéroes de la década de los 70, otro de los referentes estéticos de este nuevo libro.
«El primer capítulo iba a ser un número único y lo imprimí en una máquina de risografía que imprime en color. Al final ese número suelto es el primer capítulo de la novela gráfica y, para que tuviera coherencia con el resto del libro, acabé haciéndolo todo con el mismo esquema de color», explica Marra antes de advertir a los lectores de que no intenten hacer eso en sus casas: «Comando Antiterrorista Unipersonal no hay más que uno».