O que te apetezca un cigarro o que decidas dejarlo para siempre. Eso es lo que pretendía La Camorra cuando inventó estos números.
“El tabaco ha sido un símbolo de estatus durante muchos años. Todos hemos observado cómo esto ha ido cambiando y cómo ya casi no tiene presencia en los medios. Ahora casi resulta extraño ver un cigarrillo humeante en la tele o el cine”. El estudio de diseño La Camorra, radicado en Madrid, explica así por qué decidió inspirarse en unos pitillos para diseñar los dígitos de la sección de numerografía del número de mayo de la revista Yorokobu.
“Incluso se borran cigarrillos de imágenes históricas como las de Robert Johnson, Churchill o Jackson Pollock», indican. «Ahora mismo la imagen de alguien fumando puede provocar un desasosiego que nos apetecía transmitir en nuestros números”.