Carol Lindberg encontró unos ornamentos del Art Noveau y los transformó en estos números. Le gustaron porque «se asocian a la mujer despreocupada y amante de la diversión; a la juventud y a la libertad creadora», dice. Después los pintó con «colores vibrantes, llenos de energía y con un efecto metalizado futurista». Y lo hizo porque le apetecía «transmitir esa fantasía con la que deberíamos conectar más».
«El Art Nouveau siempre me ha inspirado un mundo mágico y onírico. Su elegancia curvilínea inspirada en el crecimiento orgánico se vincula a la vida, el movimiento y la evolución a la vez que se establece un vínculo entre el sentimiento y el espíritu con la naturaleza», indica la autora de esta numerografía realizada para la revista Yorokobu de septiembre. «Me gusta mucho este concepto. Encontré formas muy interesantes en los ornamentos del Art Noveau y decidí transformarlos en números».