
¿Y si la curiosidad no mató al gato, sino que lo salvó?
Siempre se ha dicho que la curiosidad mató al gato. Y parece que últimamente nos hemos tomado al pie de la letra este refrán. Es cierto que los tiempos que vivimos no ayudan a salir de nuestra zona de confort. La incertidumbre constante que nos asola nos ha llevado a buscar la seguridad en lo ya conocido. Preferimos no salirnos