«Somos la generación que más años vivirá y, en cambio, la que menos tiempo tiene». Así comienza la aventura literaria en Instagram de dos amigos publicitarios a los que les encanta leer y escribir. Se llaman Adrià Carrasco y Pere Escobar y la han bautizado como Cerocoma.
«Es un proyecto que busca fomentar la lectura», explican. «Hoy en día buscamos consumir formatos cada vez más rápidos. Que nos entretengan pero que no nos roben demasiado tiempo. Un ejemplo es Netflix, los Stories de Instagram o Tik-Tok. El hecho de abrir una novela y dedicarle una hora de atención parece que cada vez asusta más, sobre todo a los jóvenes. Nuestra intención es engancharte con una historia muy breve que podrás leer mientras esperas el autobús, estás sentado en el váter o se hacen las palomitas».
Escobar y Carrasco son los autores de los textos. Ambos ejercen de editores y de lectores críticos del otro, lo que hace que todas las historias que suben tengan un poco de ambos. «Es cierto que cada uno tiene su forma de escribir, pero en cuanto al estilo creemos que es muy parecido. Por contarte una curiosidad, la madre de uno de nosotros, al principio, era capaz de adivinar qué historia había escrito cada uno y ahora no da una».
Para escoger las historias que publicarán tienen dos formas: las ideas que les rondan por la cabeza y que quieren contar; y las sugerencias que la gente les hace a través de las stories. «En este último caso, no seguimos ningún criterio específico. Lo hacemos al azar o al que más le motive el tema. Siempre intentamos publicar el mismo número de historias cada uno. Los cuentos sobre fechas señaladas suelen estar escritos por el primero que piensa en ellos».
Después, un ilustrador se encarga de dibujar la puerta de entrada a la lectura. Al fin y al cabo, publican en Instagram y en esa red social la imagen manda. Con eso consiguen llamar la atención del público y les permite generar interés «no solo en un target lector, sino también en uno más aficionado a la ilustración y al diseño».
Por el momento, no se plantean aumentar el número de ilustraciones, pero dejan la puerta abierta a experimentar nuevos formatos en el futuro. «De hecho, tenemos preparada una historia (aún no está publicada) que combina ilustración y fotografía. Lo que está por venir no lo sabemos ni nosotros».
Por norma general, son ellos quienes contactan con los ilustradores a través de la misma plataforma en la que publican sus relatos. «A la hora de elegirlos, buscamos estilos diferentes y que encajen con el tipo de historia que hemos escrito», detallan. «A todos ellos les pasamos un par de opciones para que elijan en cuál de ellas se sienten más cómodos».
Al tratarse de un proyecto colaborativo sin ningún tipo de financiación, reconocen que «la voluntad y la pasión (tanto por parte de los ilustradores como por la nuestra) son la clave de todo. Por eso, entre los perfiles con los que hemos trabajado, hay gente de Barcelona, Sevilla, Canarias, pero también de Santiago de Chile, San Miguel de Tucumán en Argentina, Bogotá en Colombia, D.F. en México… Con perfiles que van desde los 200 a los 120.000 seguidores».
El primer post lo subieron a Instagram el 1 de abril, pero llevan trabajando en el proyecto desde enero. «A principios de año empezamos a trabajar en el naming, en el formato y el branding. El hecho de lanzarlo en plena cuarentena nos pareció un buen modo de entretener a la gente en unos días complicados».
Su plan es publicar dos historias semanales, aunque ese número aumentaría en momentos concretos o fechas señaladas como Sant Jordi o el próximo San Juan. «Pensamos que nuestro contenido requiere mayor atención por parte del usuario que el típico contenido de Instagram, por lo que tenemos que encontrar el punto intermedio entre ser unos cansinos y que se olviden de nosotros. En ese sentido pensamos que dos historias por semana está bastante bien».
Entre sus sueños para el futuro de Cerocoma, aseguran que les gustaría verlo crecer «desde un ámbito más publicitario o narrativo, participar con otras marcas». La pregunta se hace inevitable: ¿no desvirtuaría eso el proyecto original?
«Este proyecto es diversión y creatividad y las versiones de nosotros mismos que escriben aquí son niños pasándolo genial, entre otras cosas porque no hay timmings ni presión», responden. «No queremos que pierda su esencia y por eso no queremos convertirlo en trabajo. Cuando decimos que nos gustaría escribir historias para otras marcas, nos referimos a que las marcas recurran a nuestra versión de copys/redactores creativos y que esos encargos nos sirvan para crecer profesionalmente (en forma de freelance o contratos multimillonarios. Soñar es gratis)».