Hay quien piensa que la ciencia es fría y numérica. Que no conmueve. Que los cachivaches de laboratorio no tienen la facultad de enternecer a nadie. A Youtube le ha hecho falta un minuto y medio para tirar por tierra la errónea teoría: En el vídeo, solamente una silla, un ordenador y Sarah Churman, una estadounidense de 29 años completamente sorda que gracias al implante de un pequeño artilugio en su oído puede oír su propia voz por primera vez en la vida. No se trataba de un poema, pero, ¿acaso no acababa de escuchar la mujer las palabras más bellas del mundo?
“¡Acabo de escuchar mi voz!”, se emociona la paciente. Churman llevaba nada menos que tres décadas sin poder percibir ningún tipo de sonido. Exactamente desde el momento en que nació. En el vídeo queda inmortalizado el fin de una vida en silencio.
El grupo Envoy Medical ha necesitado 15 años de trabajo y 120 millones de dólares para hacerlo realidad. Se trata de una prótesis invisible llamada Esteem que abre una esperanza a las personas con una discapacidad auditiva total.
La colocación del dispositivo se hace a través de una cirugía que supone una imperceptible raja detrás de la oreja. A las ocho semanas de su colocación, si no han aparecido complicaciones o rechazos, se puede conectar. El instante captado en el vídeo es precisamente en el que una técnico –sanitaria enciende el aparato que dos meses antes habían introducido en el oído medio de Churman.
Según los inventores, este implante auditivo se compone de un procesador de sonido que se implanta bajo el cuero cabelludo a través de cables aislados y se conecta con un sensor. Defienden que su creación es el primer tratamiento médico real contra la pérdida de audición ya que su sistema es sensitivo-neurológico y “no se trata del tradicional aparato con tecnología de micrófonos” que se coloca en la oreja, argumenta Envoy Medical. Además, Esteem trata la incapacidad auditiva a la vez que se preocupa por el resultado estético.
La empresa afirma que los pacientes que se han sometido a la implantación aseguran “poder escuchar los sonidos de ambiente”, “percibir ruidos que nunca antes habían notado” o incluso “tener la tranquilidad” de que oirán sonar una alarma.
La emoción por el descubrimiento y el interés por ver qué cara pone una persona cuando escucha su voz por primera vez en la vida ha disparado la audiencia del vídeo en Internet. En apenas ocho días, la grabación en Youtube está cerca de alcanzar los cinco millones y medio de visitas. Ya ha sido emitido en decenas de cadenas de noticias como NBS, CNN, BBC, CBS y su índice de popularidad en la red aumenta por minutos.
Parece que ciertamente el resultado del tratamiento ha conseguido emocionar a las masas. Silencio. Escuche. La ciencia quiere decirnos algo precioso. Sarah Churman lo oyó una vez.