Cinco elementos del coche del futuro que siempre has deseado sin saberlo

Los coches, como los móviles, son todos muy similares, hasta que alguien se para a pensar y se saca de la manga uno que parece del futuro. Así es el Citroën C4 Cactus, un coche que viene a descubrirnos lo que, de forma inconsciente, llevamos toda la vida deseando.
Para los amantes de la tecnología es como un iPhone 5C: rupturista y capaz de sorprender, atrevido al mezclar colores (lo que el teléfono de Apple hace con las carcasas, Citroën lo hace con los airbumps), capaz de demostrar que el plástico no siempre es cutre, futurista y exclusivo a un precio asequible.
Muchos de los conceptos del C4 Cactus parecen idea de Marty McFly, sacados de un viaje al futuro. Por ejemplo:
Que sea invulnerable a las columnas del aparcamiento
Los dichosos pilares del parking son la kriptonita de todo vehículo, pero el C4 Cactus no es precisamente Superman. Lo suyo es mucho más sencillo, tanto que pensarás: ¿cómo no se le ha ocurrido a otro antes? Los airbumps de Citroën son vistosos, resistentes, duraderos, suaves al tacto y protegen eficazmente las partes más sensibles del automóvil.
airbumps
Que los asientos delanteros sean un sofá
Qué difícil era hacer el amor en un Simca 1000 y qué fácil en el nuevo C4 Cactus. Destierra las dudas: eso que se clava en tu entrepierna no es la palanca del coche, porque no la hay. Es automático y, por si lo quieres conducir de forma manual, tiene unas levas tras el volante. Por eso los asientos delanteros pueden ir unidos, como en un cómodo y elegante sofá.
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Que el salpicadero sea un segundo maletero
El airbag del copiloto en el C4 Cactus no está delante del asiento… ¡Está encima y se despliega desde el techo! Citroën se ha dado un garbeo con su máquina del tiempo por un futuro en que los coches tienen dos maleteros: uno donde siempre y otro en el salpicadero. Doble espacio para transportar tus cosas.
salpicadero
Que la luz del sol alumbre tu camino…
Y de noche las estrellas te acompañen gracias al techo panorámico de cristal del Citroën C4 Cactus, que deja pasar la luz y, al mismo tiempo, protege a los pasajeros de las radiaciones solares.
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Que no tenga palancas ni botones
O que tenga los menos posibles y, al menos, que no estorben. En el C4 Cactus, prácticamente todo se controla desde la pantalla táctil de siete pulgadas con aspecto de tableta que hay en el salpicadero: climatización, sonido, navegación, teléfono, ayudas a la conducción… Un copiloto que jamás permite que te pierdas, siempre pone la música que a ti te gusta y no te da la brasa si prefieres disfrutar en silencio de la carretera.
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Y si todo esto se te queda corto, aquí tienes un vídeo en el que los creadores del vehículo te cuentan cómo lo hicieron (seleccionar subtítulos en español abajo a la derecha del vídeo).

 

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