ยฟNecesitamos clases de futuro?

[pullquote author=ยปJulio Cortรกzarยป]Esto lo estoy tocando maรฑana[/pullquote]

A John Condry le inquietaba la distorsiรณn del tiempo. Cuando este psicรณlogo y educador trabajaba en el departamento de Desarrollo Humano de la Universidad de Cornell, quiso averiguar quรฉ estaba pasando con el futuro. Entregรณ a los estudiantes, divididos en dos grupos, el primer pรกrrafo de una novela.

Lo que unos y otros no sabรญan era que sus textos eran diferentes: el primero estaba escrito en pasado, mientras que los verbos del segundo aparecรญan en futuro. Los finales que ofrecieron los alumnos del primer grupo eran mรกs originales y prolijos. Los de los segundos eran escuetos y postizos. Asรญ demostrรณ el apego al pasado y la distancia inconsciente con el futuro. O lo que escribe Manuel Vilas en Ordesa: que ยซel pasado tiene la concreciรณn de un personaje de novelaยป.

El futurรณlogo Alvin Toffler criticรณ, en los aรฑos 70, que la educaciรณn se detuviera en el pasado, rozara el presente y se parara. ยซEl futuro, desterrado del aula, es tambiรฉn desterrado de su conciencia. Es como si no hubiese futuroยป, escribiรณ en El shock del futuro.

En busca del equilibrio propuso una escuela con ยซclases de futuroยป, que consistรญa en la realizaciรณn de ejercicios que permitieran desarrollar a cada persona una idea de sรญ misma a lo largo del tiempo. Se trataba de escribir cรณmo se imaginaban en unos aรฑos (reescribirla y actualizarla a lo largo del tiempo), leer ciencia ficciรณn (no por predecir el futuro, sino por ayudar a imaginarlo) y dejar de burlarse de los que mostraban interรฉs en lo venidero.

ยซEl pasado y el futuro van a seguir tirando a la vez de la cortina. Y nosotros somos la costura de la cortinaยป, escribiรณ el periodista Javi Gรณmez. En base a esta idea, latente en otras de sus columnas, ha escrito La gran desilusiรณn (Cรญrculo de Tiza), un libro que no tendrรญa razรณn de ser si alguien hubiera escuchado a Toffler hace ya medio siglo. Porque empieza asรญ: ยซIgnoro cuรกndo se averiรณ el futuroยป.

La idea de Toffler se inspiraba en trabajos como el del psicรณlogo Hugh Bowen (ยซla actuaciรณn mejora cuando el individuo sabe lo que le esperaยป), o del sociรณlogo Benjamin D. Singer, sobre la influencia del futuro en el comportamiento presente. Singer pensaba que el futuro, cuando un niรฑo se proyectaba en รฉl, funcionaba como un imรกn que condicionaba su comportamiento presente. ยซPodrรญamos decir que el marco del presente es obra del futuroยป, concluyรณ.

Actualicemos: ยฟpor quรฉ a Facebook le interesa cada vez mรกs que nos refugiemos en el pasado mediante recuerdos? ยฟPor quรฉ Google invierte cada vez mรกs en pronรณsticos? Segรบn Javi Gรณmez, la clave de Google no es la que pensamos: va mรกs allรก de la bรบsqueda de respuestas. Su objetivo, segรบn dice este periodista en su ensayo, es predecir quรฉ querremos buscar maรฑana.

Es decir, ยซrecopilar esos datos para perfilar mejor en el futuro tus prรณximas bรบsquedasยป. Y esto lo consigue ยซajustando, de forma tan milimรฉtrica como infinita, tan matemรกtica como inabarcable, algo que siempre ha sido sinรณnimo de riqueza en la historia de la humanidad: la intuiciรณnยป.

De quรฉ hablamos cuando hablamos de futuro

Aรบn es difรญcil mencionar el futuro en un contexto educativo sin que se confunda la capacidad de proyectarse en el tiempo con la innovaciรณn tecnolรณgica. Gรณmez tambiรฉn lo ha vivido recientemente: ยซAhora busco colegio para mi hijo y todos me hablan de inglรฉs y de pizarras electrรณnicas. Pero mi hijo puede ser gilipollas en varios idiomas, si se lo propone. E incluso un capullo con pizarra electrรณnica. Ningรบn centro me ha hablado con cierta abstracciรณn sobre el tipo de ser humano que quiere formar. Cuando hablan del futuro, en el fondo hablan de mecanismosยป, cuenta a Yorokobu.

No obstante, algunas de estas herramientas ayudan a tener una visiรณn del tiempo mรกs amplia en el รกmbito educativo. Todo depende de cรณmo se usen. Alguien que ha encontrado la forma de conectar la Historia con el contexto en el que viven sus alumnos es Juan Naranjo, conocido como Juanito Libritos.

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La estrategia de este profesor malagueรฑo se hizo viral por su originalidad: ha creado un grupo de Whatsapp para explicar las relaciones entre los reinos que ocupaban la Penรญnsula Ibรฉrica en la Edad Media. En รฉl, distribuyรณ varios roles entre los alumnos, que representan a cada reino.

Este profesor tambiรฉn utiliza los videojuegos. Far Cry Primal le sirve para explicar la Prehistoria, mientras que con Assasins Creed: Syndicate, los acerca a la Revoluciรณn Industrial. Los videoclips se han convertido en otra herramienta para hacer la Historia mรกs cercana a sus alumnos.

Con el videoclip de Darkhorse, de Kate Parry, les mostrรณ el Antiguo Egipto y aรบn recuerda cรณmo los alumnos cantaban por los pasillos ยซdรณrica, jรณnica, corintiaยป, despuรฉs de escuchar a Las bistecs. Con Spotify y la cรกmara de un mรณvil, ha conseguido que sus alumnos busquen y aprendan a detectar el machismo en lo cotidiano.

La Historia de espaldas a la Historia

Ha habido รฉpocas en las que hemos idealizado el pasado y hemos puesto lo retro de moda. Ahora, por ejemplo. Cuenta Javi Gรณmez que ยซnos poneยป el pasado: ยซEl mundo se abraza a la nostalgia por periodos cรญclicos y este es uno de esos en los que nos encamamos con el pasado. Nos pone lo retro. Creemos con mรกs fuerza que nunca que lo pasado fue mejorยป.

En otros momentos, idealizamos el presente. Justo antes de ahora. Mientras alguien se tatuaba Carpe Diem, su profesora de Historia pasaba de puntillas por el pasado reciente. No quedaba tiempo para el Franquismo o la Transiciรณn: temas lejanos en el espacio y el tiempo habรญan absorbido el curso. Del presente, ni hablar.

La misma profesora no mostraba interรฉs en generar debates; en que los alumnos entendieran cรณmo el pasado podรญa afectar a su futuro y cรณmo detectar las sacudidas cรญclicas. El futuro quedaba fuera del aula. Era competencia de pitonisas, becarios de periรณdico y supersticiosos. Pero el futuro era, es y serรก necesario. ร‰ramos conscientes de que no lo รญbamos a tocar, pero no estรกbamos al tanto de cรณmo nos iba a afectar perderlo de vista.

El pasado reciente, tan menospreciado, ahora desaparece en la Educaciรณn Secundaria Obligatoria. Es un profesor el que lo explica: ยซEs grotesco que, con la nueva Ley educativa (LOMCE), un alumno termine su educaciรณn obligatoria y que nunca le hayan explicado lo que ha sucedido en Espaรฑa en los siglos XIX y XX.

Lo que lamenta Juan Naranjo es que desde su implantaciรณn, las clases de Historia Contemporรกnea se dan a nivel europeo y mundial, con todo lo que eso supone: ยซPersonas con tรญtulo de Educaciรณn Secundaria Obligatoria no han oรญdo hablar en profundidad de la Segunda Repรบblica o de la Guerra Civil. ยฟCรณmo se puede lanzar al mundo a ciudadanos que conocen inventos de la segunda Revoluciรณn Industrial o lo que pasรณ en la I Guerra Mundial, pero no saben quรฉ pasรณ en la Transiciรณn? ยฟSomos conscientes del peligro que esto supone?ยป.

El 22 de mayo de 2004, a punto de licenciarse en Historia del Arte, Naranjo se examinรณ sobre Arte Neoclรกsico. ยซMientras, en la Almudena, se casaban Felipe y Letizia. Es decir: estaba perdiรฉndome un momento histรณrico por hablar de algo que pasรณ hacรญa 200 aรฑosยป. Segรบn รฉl, la rigurosidad acadรฉmica hace que los profesores tengan que dar clases de espaldas al mundo. Durante el curso actual estaba ยซobligado a desentraรฑar la Revoluciรณn Francesaยป, mientras que sus alumnos habrรญan preferido profundizar en un acontecimiento histรณrico que se estaba dando en Cataluรฑa.

A menudo, tan centrada en el pasado, la temporalidad en educaciรณn prescinde del presente, que tambiรฉn conforma la Historia. El resultado es que ยซยกestamos dando clase de Historia de espaldas a la Historiaยป. Esta es la razรณn por la que Toffler, hace ya medio siglo, aconsejรณ la inclusiรณn del futuro en la escuela. Pero ยฟse puede enseรฑar el futuro, si no existe? El pasado tampoco existe ya. Pero nos deja una certeza mucho mรกs alentadora que la รบnica que ofrece el futuro.

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La cรกpsula del tiempo

Maestra de Pueblo ha encontrado la forma de que sus alumnos se proyecten en el futuro. Esta profesora, que mantiene su identidad en secreto, es muy conocida por el humor con el que cuenta su trabajo en redes sociales. Tiene una estrategia muy peculiar para ayudar a los niรฑos a desarrollar una nociรณn de sรญ mismos que sรญ tiene en cuenta el futuro: una cรกpsula del tiempo. Esta actividad, segรบn explica, la descubriรณ en varias pรกginas web estadounidenses, por lo que piensa que allรญ es habitual.

Consiste en reunir en una caja o un bote ยซpequeรฑos tesoros, informaciรณn sobre los alumnos en ese momento, para luego abrir en el futuro y ver los cambiosยป. Fotografรญas, un registro de altura, gustos, aficiones o cualquier tipo de informaciรณn personal, como una carta a su yo del futuro, son algunos ejemplos de su contenido. Funciona de dos formas: ยซBien se hace al principio del curso y se abre al final, o se hace al principio de la etapa escolar y se abre al finalizar el cole, en sexto de Primariaยป.

Su versiรณn consiste en crear una ficha que incluye la altura, el nรบmero de pie, mejor amigo, gustos, canciรณn favorita, libro favorito y expectativas. La guarda en una caja, dentro de un armario, hasta fin de curso. Y ocurre lo previsible: ยซLes sorprende mucho ver cรณmo han cambiado, incluso notan avances en la escritura y les hace mucha gracia ver cรณmo ha mejoradoยป.

Aunque reconoce que no lo habรญa planteado con esta intencionalidad, Maestra de Pueblo cree que esta actividad ยซpermite al alumno proyectarse en el tiempo, parar un momento para conocerse, hacer una fotografรญa de ese instante e imaginar cรณmo todo lo que estรก diciendo de sรญ mismo puede cambiarยป.

Si Toffler ya nos advertรญa, Gรณmez se pregunta cuรกndo se nos rompiรณ la mรกquina de futuro, esa que nos da motivos para levantarnos por las maรฑanas y para inventar mรกquinas que con el tiempo se vuelven cotidianas.

ยซLa mรกquina del futuro estropeada es la abstracciรณn pura. Era el mejor invento de la Historia. Tomaba la forma que cada uno prefiriera. Un chalet adosado o el paraรญso eterno, poco importa. Hemos perdido la capacidad de proyectarnos. Y eso nos estรก matando como sociedad. Se ha perdido la capacidad de soรฑarยป, aรฑade.

Lo que Gรณmez recomienda no es que nos olvidemos del pasado ni que nos obsesionemos con el futuro, sino que prioricemos ยซaquello que no pasa de moda, lo inmanente, lo permanente, lo eternoยป. En definitiva, que reivindiquemos la abstracciรณn, ยซporque eso es lo รบnico que nos separa de las mรกquinasยป.

1 Comment ยฟQuรฉ opinas?

  1. La respuesta es sรญ. El futuro se encuentra en la mayorรญa de las cosas con las que convivimos, solo que elevadas a su mรกximo exponente. El futuro de Internet estaba en sus orรญgenes, pero todavรญa no habรญa llegado al punto con el que convivimos ahora. La idea de comprar online radicaba en la idea misma de conectar el mundo entero, pero hasta que no se dio con la soluciรณn no cambiamos nuestra forma de consumir, hasta el punto de que existen empresas especรญficas como esta diseรฑadas para mejorar un negocio online. La idea de recibir clases de futuro, expresado asรญ, puede parecer absurda, pero creo que cada vez que damos un paso en la direcciรณn adecuada estamos educรกndonos en los tiempos que vienen. Un artรญculo muy interesante, como todos los de Yorokobu. Seguid asรญ.

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por

Ana Galvaรฑ

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