Un verano cualquiera en una playa cualquiera de Levante. Nos merecemos un descanso y descuidamos los horarios, la alimentación, la indumentaria… ¿Por qué iba a salvarse el lenguaje? Aquí van solo algunos ejemplos reales del «vale todo» detectado en el litoral español.
Se venden colchonetas para niños de plástico*
¡Pobres niños de carne y hueso! Ellos no tienen colchonetas a su disposición. Como hemos comentado muchas otras veces, el orden de los factores sí altera el producto. Por tanto, si lo que está hecho de plástico son las colchonetas (y no los niños), para evitar resultados indeseados debemos escribir Se venden colchonetas de plástico para niños.
Han puesto la sombrilla justo delante mío*
Intento no comentar en mis artículos los errores más evidentes o los que se pueden consultar fácilmente, sino solo aquellos que necesitan una explicación más minuciosa o los que desembocan en significados curiosos o divertidos. Pero la frecuencia con la que oigo expresiones como encima mío*, delante suyo* o detrás tuyo* me demuestra que me precipité a considerar que estas faltas eran bien conocidas y estaban fuera de duda y discusión. No es así: conviene, pues, recordar que no deben utilizarse, ya que mío, suyo o tuyo indican posesión, y encima, delante o detrás no son cosas que puedan poseerse. Lo correcto es decir encima de mí, delante de ellos, detrás de ti, etc.
En casos contados, ambas opciones son correctas. Por ejemplo, en el caso de no he tenido noticias tuyas y no he tenido noticias de ti. Pero varía el significado: en la primera frase, al interlocutor se le supone portador de las noticias (sean sobre el tema que sean). En la segunda, él es el objeto de las noticias (independientemente de quién las transmita).
Se alquila apartamentos*
La palabra “se” se utiliza tanto para formar oraciones impersonales (se busca al culpable) como oraciones de pasiva refleja (se vende esta casa). Solo en el caso de las primeras el verbo debe permanecer en singular pese a que lo acompañe un elemento nominal plural:
Se busca a los culpables.
Se entrevistó a los candidatos por el puesto.
En el caso de la pasiva, sin embargo, los verbos transitivos deben concordar con sus sustantivos. Por tanto, si el sustantivo es plural, el verbo también debe serlo:
Se venden apartamentos.
Se hacen fotocopias.
Se buscan actores.
Es incorrecto decir Se vende apartamentos*, Se busca actores* o Se buscan a los culpables*.
Como truco, recordad que el verbo solo debe quedar inmovilizado en tercera persona del singular cuando vaya acompañado de un elemento nominal que indique persona y vaya precedido de la preposición “a”. En caso contrario (si el elemento nominal indica una cosa o personas no precedidas por esa preposición), el verbo debe concordar con ese nombre.
Me da miedo de que me pique algún bicho si me baño de noche.*
“Me da miedo” y “tengo miedo” puede ser casi exacto semánticamente, pero no lo es gramaticalmente. Y es que, si bien se tiene miedo de algo, cuando utilizamos la primera expresión debemos quitar la preposición de. Las formas correctas son Me da miedo que me pique algún bicho o Tengo miedo de que me pique algún bicho.
Al visitar a mis padres en Málaga, descubrí a un primo mío del que no tenía ni constancia de su nacimiento*
Interesante caso de complemento duplicado. El autor no se decidía sobre de qué no tenía constancia (de su primo o del nacimiento del mismo). Y entonces decidió poner las dos cosas, una detrás de otra. La frase, gramaticalmente, no tiene sentido. Una buena alternativa habría sido, por ejemplo, Descubrí a un primo mío de cuyo nacimiento no tenía constancia.
¿A cuál Paco?*
El pronombre “cuál” sustituye a los sustantivos, no puede acompañarlos. Si en nuestra pregunta queremos decir el sustantivo, debemos sustituir “cuál” por “qué”. El significado será el mismo. En lugar de la incorrecta “¿A cuál Paco?”*, podemos elegir cualquiera de estas alternativas:
—Ayer vi a Paco.
—¿A cuál?
—Ayer vi a Paco.
—¿A qué Paco?
Salida del féretro de Alfredo di Stéfano
Los periodistas no se libran de los deslices veraniegos. En julio, cuando falleció Alfredo di Stéfano, el Real Madrid envió a sus socios un correo electrónico con este desafortunado titular. La frase no es incorrecta, pero tal y como está redactada podría ser el anuncio de que Alfredo di Stéfano había salido del féretro. Como eso no es posible, seguramente todo el mundo comprendió que lo que salía de algún sitio era el féretro. Pero, cuando nos encontramos ante una frase que se puede entender de dos formas, es recomendable redactar de nuevo para que nadie pueda encontrar un significado cómico o escandaloso en una noticia seria.
Más de doscientas personas murieron al intentar saltar el muro a manos de los guardias fronterizos
Un ejemplo más de titular periodístico cuyo orden no es óptimo. Tal y como está escrita, parece que las personas intentaban saltar el muro ayudadas por los guardias, en sus brazos; y la cosa no salió bien. Para que sea fiel a la realidad, una forma válida de redactarla sería la siguiente: Más de doscientas personas murieron a manos de los guardias fronterizos cuando intentaban saltar el muro.
Aún queda mucho verano para acumular deslices… Si encontráis alguno, no dudéis en compartirlo por aquí. ¡Feliz agosto!