Electrónica submarina para melómanos con snorkel

20 de septiembre de 2013
20 de septiembre de 2013
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Parece que, a veces, no son las personas las que generan las ideas sino que son los propios planes los que buscan un brazo armado que los ejecute. Hace tres años, Verónica Pérez descubrió con gozo que algo hacía especial a la piscina del spa de la playa de Gijón. «¡Sonaba música dentro del agua!». Aquello quedó grabado pero latente en su recuerdo… hasta que llegó el momento de hacer algo con ello.

La anécdota de Gijón habría quedado únicamente en un memorable recuerdo de no ser por una noche de insomnio. «En enero me di cuenta de que estaba rodeada de muy buenos amigos que me podían resultar útiles para organizar ese evento que ya se estaba convirtiendo en una frustración en mi mente», explica la diseñadora Verónica Pérez. Se colgó del teléfono y comenzó a organizar un concierto de música electrónica bajo la superficie de las aguas de la Piscina M86, en Madrid.

[pullquote]Óscar Barras: «Estos sonidos no predicen un único resultado en cada escucha sino un cierto número de probabilidades en cada una de ellas».[/pullquote]

La organizadora del concierto asegura que las ideas se vuelven grandes y ricas en el momento en el que se comparten con los demás. «Allí es cuando todas y todos ponen entusiasmo en hacer crecer un proyecto independientemente de la avaricia y del dinero. Así es como he llevado a cabo este proyecto y otros más».

Pérez comenzó a darle forma al encuentro escuchando los consejo de Xabier Erkizia, artista sonoro que ya había sumergido sonidos bajo el agua. Poco después, la diseñadora asistió a un concierto subacuático en Londres que acabó de eliminar las dudas. El evento pasó a llamarse Concierto Aquástico, se concibió un cartel «de estética abstracta, que transmitiera emociones mediante la utilización de la técnica de collage» y elaboraron la lista de artistas.

b91e2a_390fef1150cd09dec1c4e2ef2da5d15b«Pensé que estaría bien variar los estilos para experimentar sensaciones diferentes. La particularidad de escuchar sonidos dentro del agua es que el cuerpo entero recibe las ondas, como una caja de resonancia. Luego la percepción es muy subjetiva, depende de cada uno, por eso la diversidad de estilos», explica la belga.

No existen muchos requisitos más allá de llevar traje de baño, gorro y, opcionalmente, un tubo de buceo y un candado para la taquilla del vestuario de la piscina. «No hay que saber nadar porque el evento se organiza en una piscina infantil. También habrá flotadores para los que no sepan o no les apetezca hacer el esfuerzo de estar en posición de muerto en el agua», explica Pérez. «Es una piscina climatizada pero quizás algunos querrán salirse antes del agua. Hay escalones para sentarse y la música también sonará levemente fuera del agua».

El sarao subacuático tendrá lugar el próximo sábado 28 de septiembre a las 7 de la tarde en las piscinas M86 (Metro Sáinz de Baranda).

Los músicos del Concierto Aquástico según su organizadora

Óscar Barras.- Improvisador, trabaja fundamentalmente con señales de audio saturadas llevándolas al extremo, provocando en el oyente una liberación de endorfinas que permiten entrar en un estado repentino de plenitud. Tocará algo más suave de lo que acostumbra con un sintetizador de fabricación casera que el mismo construyó. Improvisará sobre la marcha según lo que él sienta en ese momento.

Lolo y Sosaku.- No solo son interesantes a nivel sonoro sino que también a nivel visual. Crean sus propios instrumentos semejantes a pequeñas criaturas de madera que suenan como si estuvieran vivas. Se mueven según les roza el viento emitiendo sonidos nacidos del caos, ordenándose por sí solos de manera armónica. Después de un rato la mente se queda hipnotizada por la mezcla de sonidos que se va acercando a un especie de mantra. Otro tipo de obra sonora que puede resultar muy curiosa escuchada a través del agua.

Peakmood.- Electro-pop y sonidos alegres que va mezclando con todo lo que se le ocurra. No le importa que le sigan 10.000 o 3 personas, con tal de pasárselo bien tocando. Eso es precisamente lo que trasmite en escena y lo que me gustó cuando lo vi actuar. Es un estilo musical muy diferente a los anteriores que también me pareció adecuado para experimentar bajo el agua.

Adilis.- Es un tipo silencioso y observador que trabajaba en la tienda de discos y vinilos del mercado de Fuencarral pinchando temazos todo el día. Si estaba él trabajando, evitaba ir a comprar discos porque si quería comprarme solo uno salía con cinco tras escuchar sus sugerencias. Es una especie de enciclopedia andante del buen gusto musical. Como nunca ha pinchado en salas, pensé que podía empezar haciéndolo en el Concierto Aquástico, esperando que otros le fichen para poner su música selecta en sus salas. Así yo tendría sitios a donde ir a bailar con el valor seguro de disfrutar de buenos sonidos. Quizás este sea un propósito un poco egoísta por mi parte.

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