Si los teléfonos y los relojes han llegado a ser inteligentes, los condones no podían ser menos. Por eso, la compañía de accesorios sexuales British Condoms afirma haber creado el primer condón inteligente que calificará el rendimiento sexual de los chicos.
Enhorabuena, hombres del mundo: a partir de ahora podréis fardar delante de los colegas (o de quien se tercie) de lo buenos copuladores que sois.
La compañía británica, que lleva distribuyendo condones y otros productos desde 1999, ha dedicado varios años a desarrollar este producto único que lleva por nombre i.Con Smart Condom y que en breve estará disponible.
De manera similar a otros dispositivos de monitoreo y evaluación de salud, el curioso chisme utilizará tecnología de nanochip y bluetooth para retransmitir los datos que recaba a una aplicación del teléfono inteligente del usuario.
Entre otras cosas, el artilugio registrará las calorías quemadas durante las relaciones sexuales. A estas alturas no es noticia que el sexo es uno de los mejores ejercicios físicos que uno puede hacer.
Si es apasionado, el que lo practica se mueve lo suficiente y aguanta bastante rato antes de eyacular –algo que el i.Con le puede ayudar a saber–, podrá quemar más de 100 calorías en cada polvete.
También anotará el número total de empujes y la velocidad promedio de los mismos. Y, ojo, que cuando se trata de embestir no estamos hablando de algo baladí.
Es más, diferentes estudios han demostrado que la forma de penetrar incrementa notablemente el nivel de placer que tu pareja obtiene, puede hacer que tardes mucho más en eyacular… y hasta evitar que tengas un gatillazo.
Además, el i.Con grabará también la frecuencia de las sesiones de cama, la duración total de tus polvos, la medición de la circunferencia de tu miembro, las diferentes posiciones que utilizas o la temperatura promedio de la piel.
Pero aún hay más. «No solo hemos innovado el primer anillo de condón inteligente del mundo, que medirá prácticamente todos los aspectos del rendimiento en el dormitorio, sino que ahora me complace confirmar que también tendrá incorporados indicadores para alertar a los usuarios sobre la presencia de posibles enfermedades venéreas», explica Adam Leverson, uno de los principales ingenieros del proyecto.
En efecto, i.Con ayudará a los usuarios que lo lleven puesto a detectar enfermedades de transmisión sexual como la clamidia o la sífilis. Algo plausible, teniendo en cuenta que ambas se han convertido en dos de las ETS más frecuentes y que, si no se tratan, pueden llegar a causar infertilidad, problemas neurológicos y un aumento del riesgo de contraer VIH.
Otra ventaja del dispositivo es que también se enciende, lo que puede proporcionar iluminación para la zona de las partes nobles de ambos copuladores (sobre todo si son partidarios de hacer el amor con la luz apagada o en un lecho semioscuro).
El i.Con –una especie de Fitbit, pero para el pene– resulta, a simple vista, bastante fácil de usar. En realidad, no es un condón. Se trata de un anillo de goma sintética que se ajusta a la base del pene y que funciona a través de un nanochip y un sensor (que son los que le permiten medir y recordar esa serie de variables diferentes durante tus sesiones).
Una vez que has terminado de follar, podrás usar la aplicación del anillo mágico para descargar tus datos recientes (que se emparejan con el dispositivo que usa la tecnología Bluetooth). Una vez que hayas descargado tus datos, el i.Con borrará automáticamente su memoria, abriendo paso para su próxima sesión.
A pesar de su pequeño tamaño, el i.Con lleva incorporado un puerto micro USB para que lo puedas conectar a tu ordenador y, en cuestión de una hora, lo tengas ya totalmente cargado. «La eficiencia energética de i.Cons es increíble, por lo que cada carga durará aproximadamente entre seis y ocho horas en uso en vivo», comentan sus creadores en la web de la compañía.
Y, además, el artilugio parece ser «extremadamente cómodo, resistente al agua y liviano». Es más, si eres de los aventureros a los que les gusta echar un polvete en sitios menos convencionales que una cama –como una playita o la piscina de tu colega–, debes saber que el aparato es resistente al agua.
Pero ¿qué pasa si tengo un rabo de caballo? Tampoco hay problema. Lo puedes ajustar para adaptarlo a la circunferencia de tu miembro, para que lo uses con comodidad y para evitar que tu falo pueda morir por estrangulamiento. Un portento, vamos.
Eso sí, tal y como cabía esperar, el aparatito cuenta ya con numerosos defensores y detractores (o escépticos). «Pueden pasar dos cosas», comenta en un artículo digital el médico y escritor Brandon Marji.
«Que, en realidad, los hombres se centren más en su rendimiento y en las estadísticas recogiadas por el i.Con que en disfrutar de la experiencia apasionada con su compañero (lo que puede causar algo de tensión en la relación)».
«Y lo segundo que puede ocurrir es que los hombres puedan tomar las estadísticas que reciben del i.Con para mejorar su desempeño sexual, lo que también puede mejorar su confianza en el dormitorio».
Algunos se preguntan también si el anillo, que se venderá por 60 libras, podría usarse para espiar los momentos íntimos de las personas o si solo el usuario tendrá acceso a sus estadísticas.
Pues depende de ti. Todos los datos se mantendrán anónimos a menos que tú mismo quieras compartirlos con amigos (o con el mundo, vamos). «Podrás acceder anónimamente a las estadísticas que puedes comparar con los usuarios de i.Con en todo el mundo», anuncian en la web sus orgullosos creadores.