«Ganamos tiempo con los ordenadores pero también lo perdemos como nunca»

«Me gusta ese momento en el que encuentras un fragmento mágico en algo que haces. Es el alimento que siempre estás buscando», dice Damon Albarn, en el primer capítulo de Creative Class, una serie de pequeñas entrevistas con personajes creativos rodados con exquisito gusto que publica hoy It’s Nice That.
Además del compositor británico, el proyecto financiado por Wetransfer esboza las reflexiones de personajes como el diseñador industrial Tom Dixon, el diseñador de zapatos Marc Hare y el músico Fred Deakin.

Todos los perfiles escogidos representan personas que han trabajado tanto en la era analógica como en la era digital. Inevitablemente esto hace que sea un tema de conversación recurrente en el que valoran el acceso a las herramientas que tenemos ahora, pero también echan en falta la privacidad que tenían antes. «Tuve la oportunidad de pasar más de 5 años trabajando sin ser nada conocido para definir mi estilo y hacerlo completamente personal. Eso ya no ocurre», dice Dixon.

Hare valora la cantidad de información a nuestra disposición aunque «leer algo en Wikipedia no significa que tengas que conocimiento de algo. Para eso tienes que salir y mancharte las manos».
En cuanto a música, Albarn dice que Gorillaz surgió en parte debido a la necesidad de tener un lugar para experimentar fuera de algo tan establecido como Blur. «Cuando veía a Massive Attack siempre pensaba que tenían mucha suerte de poder tener tanta libertad para experimentar con todo».

Fred Deakin es quizá el más perspicaz a la hora de valorar la evolución de la tecnología. «Mi madre me dijo en los años 70 que los ordenadores nos ahorrarían mucho tiempo, pero también nos llevarían a perder mucho tiempo en cosas que ni siquiera nos podríamos imaginar en aquel entonces. Creo que sigue siendo cierto hoy día. El elemento que me falta ahora mismo son experiencias que nos concentren en una cosa. Internet está obsesionado con la monetización pero le falta más herramientas para empoderarnos. Aun así esto a veces es como el Wild West. Puedes salir de la universidad con una idea y en 6 meses cambiar el mundo».

El nombre de la serie está tomado del libro de Richard Florida Creative Class. Un polémico e influyente tomo escrito en 2002 que instaba a los gobiernos locales a promocionar y facilitar las cosas para atraer una nueva clase de influencia subestimada: la clase creativa. Otros se han mostrado críticos con un pensamiento que consideran que gentrifica y excluye a personas que no entran dentro de su definición de creativo. Pero este debate lo dejaremos para otra ocasión.

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