Muchos de vosotros habéis visto el trabajo de este ilustrador, seguro. El trabajo de Iván Solbes estaba presente en las cajetillas de una conocida marca de tabaco española y su mundo de personajes rojizos abarrotaba los bares con humo. Luego el tabaco se puso por las nubes, prohibieron fumar en todos lados y llegó la crisis, la maldita crisis, y se cambió el humo de los bares por conversaciones mal humoradas.
Pero Iván Solbes es de los que no quiere asustarse con la economía maltrecha que vivimos y ha querido aprovechar el caos reinante para reciclarse. “Morir, si me dejaran elegir, dentro de muchos años. Mientras tanto reciclarse porque no vas a estar haciendo con 60 lo mismo que con 20”, comenta de forma optimista.
Y así, después de haber sido uno de los ilustradores estrella de los últimos años, ha visto que ya no es oro todo lo que reluce y mucho menos en publicidad. Y con muchas ganas y el instinto de supervivencia como arma, le surgió la idea de ayudar a los demás haciendo algo que a él también le venía bien. “En el último año he sido testigo del hundimiento de mi mundo anterior a la crisis. Casi no hay trabajo, hay mucha competencia o directamente ya no se paga por muchas de las cosas de las que yo viví durante varios años. Cuando me repuse del susto, cogí fuerzas y pensé un plan de rescate de mí mismo”.

Empezó con la gente de “Dibujos a domicilio” hace año y medio, y pensó que podía centrar más el tiro y dibujar a gente que necesitase hacerse ver. De esta manera pensó en los parados, modelos que desgraciadamente hay por todos lados. “La idea de dibujar a parados es una entre mil sondas que estoy lanzando al espacio a la búsqueda de un nuevo planeta donde la vida del ilustrador sea posible”.
Así, él consigue figuras para sus prácticas de dibujo al natural, y los desempleados, una exposición más en las redes sociales del artista. “Me siento muy limitado a veces. Quiero dibujar bien, con estilo e imaginación. Ofrezco un trueque, tú vienes a mi oficina, posas, te dibujo y luego difundimos el retrato con tu cv, links y el texto que quieras”. Solbes cuenta que por su cuaderno ya han pasado publicitarios, músicos, arquitectas, diseñadoras…
A Iván Solbes le gustan los artistas que van a su bola y que no siguen modas ni tendencias porque las considera nocivas para la creatividad y destaca un par de ejemplos, en ilustración a Pablo Amargo o Enrique Flores y en cómic a Santiago Valenzuela.
Este madrileño quiere seguir con fuerzas para poner en práctica todo lo que le ronda por la cabeza, desde un mural y una nueva web, ilustraciones en un blog de economía, carteles de teatro, a un proyecto secreto que aún no puede desvelar. Pero sobre todo, quiere no perder el optimismo y que así vuelvan a ir surgiendo otros encargos.




