En este mundo tan feliz, donde siempre hay amor, el fotógrafo Toni Amengual, parafraseando al cantante Joe Crepúsculo, lanza su último fotolibro. Devotos es un réquiem al moribundo bipartidismo que reina en España desde la Transición.
En este mundo tan feliz, donde siempre brilla el sol, Devotos ofrece un retrato descarnado de los votantes del PP y del PSOE. Con su mirada cáustica y, al mismo tiempo, tierna, Amengual crea una galería de pensionistas sentimentales, aferrados a sus férreas convicciones como náufragos en el medio de una tormenta.
Lo que llama la atención es que, por encima de todo, son todos muy parecidos: solo el color de la bandera revela en qué lado de la vida (y del leporello) están. «Si les quitas las banderas, ¿podríamos saber de qué partido son?», se pregunta Amengual.
Izquierda y derecha se convierten en la esencia de una narrativa fotográfica que se articula entorno al leporello, un libro de autor plegado que permite zigzaguear por el fin de una era. «Hice varios intentos, incluso experimenté con puntos en los rostros al estilo de John Baldessari, pero al final me decanté por este tipo de encuadernado, porque es el que mejor me funcionaba», explica Amengual.
Las 40 fotografías que componen el libro se tomaron en 2011, durante las elecciones locales y nacionales en las que el partido de Mariano Rajoy alcanzó una mayoría histórica. «Usé una cámara semiprofesional para poderme colar entre la gente y retratar las bases de cada partido», revela Amengual.
Fiel a su estilo, Amengual abusa de flashazos para saturar los colores de las banderas y conseguir la atmósfera surrealista que suelen transmitir sus fotos. «Siempre disparaba buscando un retrato y una bandera», reconoce el fotógrafo, que ha trabajado durante años para la prensa y está acostumbrado a crear en series.
«Son fotos muy duras. Cada una de estas personas tiene su historia. El libro se llama Devotos precisamente porque es un acto de fe estar allí», señala el autor.
Amengual lanza el libro en vísperas de las elecciones del 20-D, un momento decisivo para la democracia española. «Si lo piensas, en un poco triste que podamos elegir entre rojos y azules cada x años. Me gustaría que en un futuro no muy lejano, alguien viendo mi libro pudiese decir: ostras, hubo una época en que en España solo había dos colores, dos opciones cada cuatro años y la llamaban democracia», afirma.
Como en su anterior libro, el autoeditado Pain, Amengual ha colaborado con los diseñadores Astrid Stavro and Pablo Martín. Sin embargo, esta vez el fotógrafo ha tenido un papel mucho más activo en la concepción del libro, cuyo proceso de gestación ha durado nueve meses.
Tras la experiencia adquirida con Pain, Amengual se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido duplicar la tirada. Esta vez hay 1.000 ejemplares a la venta. Si se repite el tornado Amengual del año pasado, volarán en un pispas hacia las estanterías de los amantes del fotolibro.
Amengual reconoce que consigue ganar dinero con sus libros, algo poco usual en un panorama fotográfico en el que el fotolibro se ha convertido en un instrumento de promoción y visibilidad del artista, más que en una forma de buscarse la vida. Aun así, la cosa no está para echar cohetes. «Creo que el boom del fotolibro se debe en gran parte a la crisis de la prensa. Si a mí me publicasen todo eso en una revista semanal, probablemente no me pegaría el trabajazo de hacer un libro y no pondría todos mis ahorros en ello», concluye el fotógrafo.
Nota: El libro se puede encontrar aquí.