Primero hicieron el disco, luego se lo fumaron

hachis
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El grupo Slightly Stoopid lanzará próximamente una edición exclusiva de su disco Meanwhile… back at the lab. Será un LP del que solo habrá una copia y que podrá ser fumado después de la escucha. La razón es que estará prensado con hachís.

A lo largo de la historia, la música y la droga han estado estrechamente relacionadas. El alcohol, el hachís, los enteógenos se han utilizado para componer, bailar o cantar. Ahora, la droga también es el soporte a través del cual se puede escuchar la música.

La idea, que habría hecho soñar a cualquier hippy del Haight-Ashbury de San Francisco, ha surgido del grupo estadounidense Slightly Stoopid. Un buen día pensaron que podría ser interesante combinar dos productos  como el hachís y el vinilo. El hecho que el uso recreativo de la marihuana sea legal en veintiocho estados del país norteamericano hizo el resto.

Tras probar diferentes combinaciones de droga, se consiguió prensar un primer prototipo. El precio de la producción ascendió a siete mil dólares. Seis mil en hachís, claro, y mil más en gastos de masterización.

El resultado, según informa la revista Billboard, fue bastante satisfactorio. El sonido no estaba mal, pero el disco duró poco: los responsables de la idea se lo fumaron.

Posteriormente se fabricó una segunda unidad que no logró alcanzar la calidad de la primera. Desde el punto de vista del sonido, matizan los responsables. Por esa razón, en breve se fabricará un tercer ejemplar que se espera resuelva esos problemas. En todo caso, si el sonido volviera a salir mal, siempre se podrá utilizar para consumo propio.

Según Jon Phillips de Silverback Music, sello que ha corrido con la edición del LP, la intención con este proyecto es «llamar la atención sobre la necesidad de la legalización de la droga». De hecho, no es el único proyecto que Slightly Stoopid ha desarrollado en ese campo. En este momento están ultimando el lanzamiento de su propia marca de hachís, que destinaría parte de sus beneficios a la lucha contra el cáncer.

La versión estupefaciente de Meanwhile… back at the lab también tendrá un fin solidario. Dado que por cuestiones de coste y dificultad de producción no podrán hacerse copias en serie, solo se fabricará una que será subastada. El dinero recaudado se usará para ayudar a una causa solidaria aún por determinar.

La subasta se realizará en uno de esos estados en los que el consumo para uso recreativo está legalizado. Si no, difícilmente se podría justificar la tenencia de la cantidad de hachís necesaria para prensar un vinilo que, si es en edición de audiófilo, tendría al menos 180 gramos. Se desconoce cómo será la portada, pero con tal cantidad, tal vez debería ser doble. Más que nada, para poder hacer filtros suficientes.

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