El ser humano está pensado para vivir en grupos de unas pocas docenas de personas. Y a hacerlo, además, en un entorno repleto de amenazas, y con la única prioridad de conseguir alimento.
Hoy, si estás leyendo Yorokobu, lo más probable es que tu vida no se parezca a esa. Es más, seguramente no tenga nada que ver. Sin embargo, aunque tu vida haya cambiado, tú, a nivel biológico, no lo has hecho. Y lo que haces y por qué lo haces está en gran medida determinado por un neurotransmisor llamado dopamina, igual que lo estaba cuando vivíamos en las cavernas.
Hoy, cuando las amenazas ya no llegan en forma de tigres ni de serpientes venenosas, el problema es que la dopamina nos ha convertido en una presa fácil para los que quieren aprovecharse de nuestras debilidades a través de las pantallas.
Es así porque muchos de los atajos cognitivos que nos permitían sobrevivir en esas condiciones ahora nos hacen vulnerables ante los cambios de estilo de vida. Y en ese contexto, la tecnología, quizá sea la principal fuente de trampas contra el cerebro humano de la vida moderna.
Este es el punto de partida de Dopamina, la serie documental de ARTE.tv que analiza cómo las empresas que operan por internet se aprovechan de las deficiencias para mantenernos enganchados.
¿QUÉ ES LA DOPAMINA?
Se trata de un neurotransmisor, es decir, una sustancia que se libera, en este caso, en el hipotálamo, en el cerebro, y que activa un mecanismo cerebral conocido como circuito de recompensa. Actividades que liberan dopamina son, por ejemplo, comer, mantener relaciones sexuales o escuchar una canción que nos gusta.
Su labor fundamental es regular la motivación. La liberación de dopamina nos provoca sensaciones placenteras.
REDES SOCIALES, EL PARAÍSO DE LA MANIPULACIÓN COGNITIVA
El ejemplo obvio son, por supuesto, las redes sociales. Su principal objetivo es mantener nuestra atención presa de un bucle de contenido sin fin. Para ello, a menudo apelan a la parte de nuestro cerebro que está más anclada en nuestro pasado evolutivo. De ahí, por ejemplo, los sistemas de gratificaciones que están presentes en todas las redes.
Tomando el ciclo habitual de cualquier red social (un usuario cuelga un contenido y sus seguidores reaccionan), las reacciones a la publicación provocan que el hipotálamo del usuario se hinche a producir dopamina y el usuario sienta el placer asociado. Así, después de que repita el comportamiento varias veces, en el cerebro del individuo se fija una relación: publicar en una red social=dopamina.
The “I quit social media” YouTube videos have become a classic. Still, those who post them, end up redownloading all of the apps… and for good reason
But this is a testament to a larger issue pic.twitter.com/9ozAScTEaF
— Jules Terpak (@julesterpak) September 24, 2023
Por ello, desde los feeds infinitos y las píldoras de vídeo, a la permanente actualización de los algoritmos que nos mantienen pidiendo más, el diseño de lo que nos llega a través de las pantallas está optimizado para hacernos caer una y otra vez. Para hacer que abandonar una pantalla que nos gratifica constantemente se sienta antinatural.
En la misma línea, tenemos el hecho de que las redes sociales se aprovechan sobremanera de nuestra tendencia a engancharnos al contenido morboso y negativo. El poder motivador de la dopamina nos empuja hacia aquellos contenidos con efectos más perniciosos.
Las redes sociales no pierden la oportunidad de aprovecharlo y nos sirven todas las piezas dirigidas a apelar a los instintos más bajos que seamos capaces de consumir. Y, al hacerlo, nos hacen un poquito más adictos a su propio contenido.
OBJETIVO: QUE LO COMPRES TODO
Pero no solo las redes sociales son sospechosas de tratar de beneficiarse de nuestros sesgos cognitivos. Otros tipos de plataformas que operan por internet también tratan de apalancarse sobre nuestras deficiencias para hacer caja.
Otro ejemplo es la absoluta optimización de las páginas de comercio electrónico para fomentar las compras sin control. Con Amazon a la cabeza, su objetivo es que compres y compres. Y, para ello, saben que uno de los aspectos principales es la total eliminación de cualquier tipo de fricción entre el espacio de tiempo desde que ves algo en la pantalla hasta que aparece delante de tu puerta.
En la persecución de este objetivo se enmarca, por ejemplo, el hecho de que el pago en un clic fuese patentado por la propia Amazon en 1997.
Así, el corto espacio de tiempo entre el pedido y la entrega provoca que nuestro hipotálamo segregue dopamina. A partir de ahí, nuestro cerebro percibe que ha recibido un premio por haber realizado una acción (comprar).
Es lo que en psicología se conoce como condicionamiento operante, y que reforzara nuestra tendencia a repetir una acción, en este caso, comprar en Amazon. Como los perros de Pavlov pero con menos babas y más cajas de cartón.
DOPAMINA EN ARTE.tv
Todos estos ejemplos se pueden encontrar en Dopamina, la serie documental de ARTE.tv sobre «las aplicaciones diseñadas para crear dependencia y activar en tu cerebro el neurotransmisor responsable del placer y la motivación: la dopamina». La serie, a través de sus 16 capítulos, se sumerge en diferentes ejemplos de aplicaciones que utilizan nuestras fallas mentales para controlarnos.
Además, en los diferentes episodios, la serie se sumerge (y explica) muchas de las teorías sociales y los conceptos relacionados con el estudio de la psicología que las grandes empresas tecnológicas utilizan para abrir las compuertas de nuestros embalses de dopamina. Herramientas que, en muchos casos, están recicladas directamente de la industria del juego y las apuestas, y que nos convierten poco a poco en adictos.
Algo parecido a lo que expone la teoría de la comparación social, del psicosociólogo estadounidense Leon Festinger, según la cual para evaluar nuestras capacidades, habilidades, y sobre todo, nuestro posición en las jerarquías, nos comparamos con los demás.
Según esta teoría, nos estaríamos comparando con otros continuamente. Así, cuando nos comparamos con alguien que se encuentra por encima de nosotros, nos sentimos mal y cuando nos comparamos con alguien que está por debajo, nos sentimos validados. Una teoría a la luz de la cual, las plataformas como LinkedIn adquieren una nueva dimensión.
El documental se acerca, además, a una buena retahíla de plataformas entre las que están las sospechosas habituales, pero también otras que no lo son tanto. Como la aplicación de venta de ropa y objetos vintage Vinted o Uber.
Dopamina está disponible en ARTE.tv, la plataforma que te trae los mejores documentales de producción europea.