¿Qué relación hay entre el diseño y la comida? La respuesta es Eating Patterns, un proyecto de la joven diseñadora gráfica textil Vega Hernando, que combina en sus trabajos sus dos pasiones favoritas: la gastronomía y el diseño.
Hernando nació y vive en Barcelona, donde estudió diseño gráfico textil. «Desde pequeña me gustaba mucho dibujar y todo lo artístico, y cuando me tocó elegir estudios me decidí por diseño de moda», cuenta a Yorokobu.
«Siempre he pensado que el diseño es algo transversal y no me gustaba mucho eso de tener «especializarme», pero haciendo moda sentía que podía hacer más cosas con las manos, crear algo. Cuando terminé la universidad fui acercándome cada vez más a la estampación y el diseño gráfico textil; siempre me ha parecido la parte más divertida y creativa de la moda, y es cierto que hay una gran demanda de ese perfil en la industria».
Después, trabajó en par de estudios y una gran empresa hasta hace poco más o menos un año, cuando se lanzó, como ella dice, al mundo freelance con su propio proyecto. «Mucha gente decía que estaba loca, pero me ha ido bastante bien».
En su vida y en su entorno, la cocina ha estado siempre presente. De hecho, asegura cocinar mucho en su casa, aunque en plan aficionado. «Mis amigos siempre me decían que tenía un don para presentar platos bonitos y que debía compartirlo», cuenta. «En ese momento en el que comencé a trabajar por cuenta propia y tenía más flexibilidad de horarios me puse a darle vueltas a cómo podría hacerlo. Se me ocurrió que si intentaba hacer el ejercicio de ver los ingredientes de un plato como formas y colores y con ellos montaba composiciones tipo pattern, me salían unas imágenes muy estéticas y divertidas, que a la vez son recetas».
De esa manera nació Eating Patterns, fotografías de patrones donde la comida es la reina y que, a la vez, son recetas que pueden realizarse en cualquier cocina. «Para mí era obvio que el fuerte de mi propuesta tenía que ser el diseño, porque es en lo que tengo más confianza. Las recetas las pienso mucho, pero las composiciones me salen de una forma más intuitiva. Creé una cuenta de Instagram y empecé a colgar las fotos. Enseguida tuvo superbuen acogimiento».
Hernando se inspira en recetas que busca en Pinterest y luego las versiona a su manera. La idea puede surgir de cualquier lugar: un producto de temporada, un ingrediente poco común que encuentra en el mercado… «Me gusta hacer platos originales pero que tengan un sentido, por la época, por un viaje, etc.». Ella misma hace también las fotografías que luego sube a Instagram. «Es algo que he tenido que ir aprendiendo conforme el proyecto crecía. Las primeras fotos las hacía con el iPhone; ahora disparo con cámara y tengo algunos truquillos de iluminación que me han enseñado amigos fotógrafos».
Matisse, Hockney, algunas obras de Miró se encuentran entre sus referentes artísticos. En diseño, siente «especial obsesión» por el movimiento Memphis Group de los años 80: los muebles de Ettore Sottsass, los estampados de Nathalie du Pasquier… Y en moda, se queda con «las propuestas que tienen algo de humor y un punto kitsch pero bonito, como Prada por ejemplo».
De todos ellos le atrae el color. «En mi trabajo el color está siempre muy presente. A veces uso combinaciones un poco kitsch también, como rosa y rojo… pero es adrede, a mí me gusta», explica la creadora de Etting Patterns. «En general el food styling de Instagram es todo blanco o si hay colores, están todos los del mundo tipo unicornio. A mí me gustan las gamas un poco más pensadas, los colores que aparentemente no quedan bien pero al final sí. También me gusta jugar con el color usando ingredientes que tiñen de forma natural, como la remolacha, la tinta de calamar, la cúrcuma… ¿A quién no le gusta una pizza rosa?».
Prefiere la mañana para trabajar porque la luz es mejor. Así que se levanta pronto, prepara los ingredientes que ya ha pensado con anterioridad y monta el set junto a la ventana del salón de su casa en lo que, afirma, se ha convertido en una especie de ritual. «En casa solo hago las fotos; el resto del día lo paso en mi estudio donde tengo el ordenador y hago otros trabajos, retoco las fotos, etc. Me encantaría en un futuro tener un estudio con cocina y set de fotografía para unificarlo, pero ya llegará».
Por el momento, Eatting Patterns solo son fotografías aunque a Vega Hernando le gustaría ver aplicados sus diseños en menaje de cocina. «Me imagino manteles, delantales, paños y cosas así, incluso platos». Lo que no visualiza es ver estos estampados en ropa, aunque no descarta que pudieran formar parte de la dirección de arte para algunas fotos de moda. «De hecho estoy haciendo una colaboración muy chula con la marca Lazy Oaf para promocionar una colección que han hecho con estampados de frutas».
¿Cómo ve Vega Hernando el futuro de Eatting Patterns? Una de sus ilusiones es verlos convertidos en un libro de recetas («Me encantaría la verdad, ojalá me lo proponga una editorial algún día»). De momento, el proyecto le ha abierto un montón de puertas a otros trabajos relacionados y eso, cuenta, le ha permitido ampliar su oferta como diseñadora.
«Actualmente sigo haciendo estampados para moda, pero también colaboro con proyectos relacionados con comida y diseño como directora creativa y creando contenidos para marcas», explica a Yorokobu.
«Hace dos meses inauguré mi primera exposición en gran formato y también me han invitado a dar charlas, impartir talleres… ¡Aún no me acabo de creer todo lo que me ha pasado en este año, la verdad!».