Miguel Olivares aterrizó en México DF con una agenda de 40 reuniones en 14 días. Era un viaje de exploración. Llevaba 10 pares de calcetines, 5 pantalones, 4 pares de zapatos, 5 camisetas, 5 chaquetas, 3 gafas y una pregunta: “¿Abriremos sede en México?”.
La Despensa llevaba un mensaje a aquel país. Quería decir a los que podrían ser sus clientes que es una agencia que “hace las cosas a medida”. Y lo primero que haría al gusto del cliente sería el encuentro de toma de contacto.
Miguel Olivares envió un “Configurador de reuniones” a todas las personas con las que había quedado para que le dijesen cómo querían que fuera ese primer encuentro.
¿Desnudo? No, así no vale. O lo vistes o no hay reunión.
¿Qué ropa?
Y ahí estaba Olivares on the road cambiándose de calcetines, gafas, pantalones, camisetas y chaquetas de parking en parking.
¿Regalito?
La mercancía también iba en la maleta desde España. Jamón, queso, boinas, toros y gitanas para poner encima de la tele.
¿De qué quieres que hablemos para romper el hielo?
Las cabras y su imposibilidad de andar hacia atrás, la diferencia entre el mono y el gorila, el asesino de Kennedy, la eterna pregunta: ¿llegó el hombre realmente a la Luna? o ¡al grano!
Los jamones, las conversaciones sobre la muerte de Kennedy y las gafas amarillas surtieron efecto. La Despensa acaba de abrir en México DF bajo la dirección del consultor Isaac Hernández, el director creativo Xabi Liceaga y el director de cuentas Mikel Bernedo. Y ¿Por qué ese país? “Es un lugar con mucha creatividad en la calle pero su comunicación institucional y corporativa no lo refleja”, explica Olivares.
“La creatividad llegará a la comunicación institucional pero queremos hacer que pase antes”, indica el director creativo de La Despensa. Pero, además, “en México se están abriendo muchas agencias y hay un mercado de 120 millones de personas”.
¡qué bueno,xD! Miguel, estás estupendo en la ilustración, te han clavao, jajaja. Genial idea y bien llevada hasta el final. Enhorabuena y mucha suerte en Mexico
muy fresco, en tu estilo, tocayo!