El deseo de la modelo con sombrero

La afeaba. No se sentía cómoda con aquel capirote en la cabeza. En aquel desfile de moda, pocos sabían cuándo debía ponerse el tocado. Ni siquiera sabían colocárselo con la gracia que requería su esbelta figura. Y quedaba siempre tan deslucida… Otras llevaban los sombreros y tiaras con más gracia. Aunque, la verdad, aquellos complementos capilares no eran precisamente del agrado de todos. Eran difíciles de llevar. Complicados de colocar sobre sus cabezas. Miró al cielo y pidió un deseo: no llevar sombrero nunca más.
Algo en su interior le decía que esta vez sí se iba a cumplir su sueño. Lo presentía. A la mañana siguiente llegó al backstage del desfile y comprobó que en su vestuario ya no figuraba ningún tocado. ¡Por fin! ¡Esta vez sí! Su deseo se había hecho realidad. Pero… Cuando por fin llegó el momento de vestirse le preguntó a su modisto:
¿Ya no hay sombrero?
No, contestó el diseñador. Lo he cambiado por esta estupenda, larguísima y despampanante cola. Ten cuidado con lo que deseas, se dijo ella entonces, porque lo puedes conseguir. Y este podría ser también el epílogo a esta historia tan, tan, tan fashion.
Ahora que por fin la gente a mi alrededor había conseguido aprender a distinguir entre ‘sólo’ y ‘solo’, llega la RAE, en un arrebato de modernidad, y suprime la tilde. Vamos, vamos…
Unos pensarán que es mejor así: una falta ortográfica menos.
Por mi parte, qué queréis que os diga, no me gusta. Pero como soy de natural dócil, asumo la norma sin rechistar.
¡Venga, suprimamos la tilde!
¿Cuántas interpretaciones puede tener esta frase?:
Juan llegó solo con una maleta
¿Una? ¿Dos? ¿No sabe/no contesta?
Claro, antes era muy fácil. Bastaba con ponerle el acento gráfico a la ‘o’ y ya estaba.
Es parte de lo que se entiende por economía del lenguaje. La RAE sostiene que sigue guiándose por este criterio pero no parece tan claro.
Ahora, según la Academia, si se produce ambigüedad —y solo en ese caso (¿lo veis? Aquí no hay duda: pues sin tilde)—, la única manera de aclarar el sentido de la frase es sustituir ‘solo’ por ‘solamente’ u otro sinónimo. Muy económico no parece, ¿no?
Así pues, si queremos decir que Juan llegó sin compañía y con una maleta, dejaremos la frase tal cual.
Por el contrario, si lo que queremos transmitir es que su único equipaje era una maleta, independientemente de si llegó acompañado o no, tendríamos que escribir:
Juan llegó solamente con una maleta
¡Qué! ¿A que esto de quitar tildes ya no mola tanto?

Imagen de portada: Alphabeto, un proyecto de Victor Gutiérrez de Tena

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