Don Pendleton no susurra ni a los perros ni a los caballos. Ni siquiera se dedica a amaestrar animales. Los pinta desde que era pequeño, pero además con una visión muy particular. Sus ilustraciones y murales se reconocen al instante, son un laberinto de líneas, puntos y colores planos, que componen su animalario personal.
Pendleton nació en West Virginia y se considera un tipo normal. Lleva más de 20 años trabajando como artista de manera profesional pero, en realidad, lleva toda su vida dibujando, sobre todo animalitos. Para él, todo tiene más sentido así. “Recuerdo dibujar bodegones y me parecían muertos y aburridos, así que comencé haciendo criaturas y animales, cosas que tuvieran algo de vida”. De todo su trabajo destacan las ilustraciones para las marcas de skate con las que ha trabajado.
Pendelton sigue patinando, pero no como antes. “Las lesiones ya no se curan igual, además siempre me gustó la parte básica de este deporte y el placer de deslizarse” argumenta. Además dice que sus influencias han variado con el tiempo. “Desde las pelis de miedo, a lo que leo e ilumina mi cabeza, los bichos, las formas y los colores de la naturaleza. La vida en general. Trato de no verme influenciado por otros artistas pero me encantan Miró, Kandinsky y parte de Picasso, así como los artistas de los diseños de las tablas de cuando era más joven”.
Antes, la parte comercial de su trabajo era la que más tiempo le ocupaba. Hoy día se divide al 50% entre lo artístico y lo comercial. “Vender arte es muy complicado, así que lo compenso con el trabajo para marcas que me gusta y puedo elegir”, comenta. Su proceso creativo varía según el proyecto, dependiendo de la fecha de entrega o la parte del trabajo que sea, pero se mantiene ocupado. Se puede pasar días enteros enganchado al ordenador y trata al día siguiente de no tocarlo para bocetar o pintar, según lo que necesite.
Actualmente tiene expuestos varios cuadros en galerías del oeste y el éste americano pero su marchante falleció hace poco y esa es la parte del negocio que no le gusta. Así que, de momento, deja que todo fluya para ponerse las pilas en el otoño. También está metido en un proyecto con Sean Cliver, uno de los productores de Jackass, y tiene unas serigrafías que saldrán a finales de verano. Entre esto y pintar animalitos, se le va la mayor parte del tiempo.