El metal que respira de Dosu Studio

30 de octubre de 2012
30 de octubre de 2012
2 mins de lectura

Bioclimático es un apellido que se le adjudica a la arquitectura según unos preceptos aplicados a la edificación. Esbozado en trazos gruesos, se trata de construir de manera sostenible, reduciendo al máximo el consumo de energía, para conseguir espacios habitables aprovechando los recursos naturales -tales como sol, agua o vientos- disponibles en cada zona. El metal no es uno de esos hitos climáticos pero, según la arquitecta Doris Kim Sung, puede servir para el mismo propósito.

Así lo explicó en una de la charlas de TEDxUSC. La piel humana ha servido de inspiración a Dosu Studio, la firma en la que Sung desarrolla su labor, para intentar conseguir un regulador térmico a partir de láminas de metal.

La arquitectura anterior al siglo XX utilizaba recursos como el grosor de los muros o el tamaño de las ventanas para mantener los espacios cálidos en invierno y frescos cuando el calor arreciaba. En el siglo XX, llegaron las grandes moles de acero, hormigón y vidrio y la energía necesaria para establecer condiciones de habitabilidad adecuadas para esos edificios se disparó.

No es nada fácil mantener constante la temperatura de algo que se asemeja a un invernadero de más de 100 metros de altura, pero en un tiempo en el que la barra libre energética era norma y el planeta parecía un escenario indestructible, la cantidad de combustible empleada era lo que menos preocupaba. Como explica además, Sung, el hecho de que todo esté a temperatura constante impide percibir señales de alarma como un sobrecalentamiento.

La arquitecta define al material que están desarrollando como termo-bimetal inteligente. «No necesita ser controlado ni requiere de ningún tipo de energía», explicó en su discurso en TED. Se trata de una lámina de dos metales diferentes, con diferentes coeficientes de expansión. Al calentarse, se curvan a diferente ritmo creando espacios que sirven para la ventilación. «Gracias a la tecnología actual hemos creado elementos constituidos por unas 14.000 piezas. Cada una de ellas es diferente. Lo bueno es que podemos calibrarlas para que se comporten de manera específica según sus situación, el ángulo del sol o según cómo se curva la pieza completa».

Dosu Studio trabaja en el desarrollo de componentes que puedan colocarse en las fachadas de edificios de gran altura y se comporten de manera adecuada dependiendo de la altura a la que se encuentran. Se trata de ventanas de doble acristalamiento que albergarían el termo-bimetal entre ambas láminas de vidrio. «El metal podría bloquear el sol en ciertas partes del edificio, incluso de manera total, si fuera necesario», contó Sung.

Dosu está jugando a dotar de vida a algo inerte como el metal. Ellos dicen que este material respira y aseguran que, en un futuro, lo que están creando trabajará en los edificios de manera indefinida, eficiente y sostenible. Se trata de un paso más en un camino que nos conduce hacia edificios que palpitan, que reaccionan a los estímulos ambientales o las necesidades de los usuarios. Habrá que ver qué distancia separa a estas construcciones de un verdadero ente biológico.

No te pierdas...