El mito, la nieve y los neumáticos

29 de mayo de 2014
29 de mayo de 2014
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El mundo está lleno de leyendas urbanas. Hay algunas grandilocuentes, como las de los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York; otras increíbles al estilo de la niña de la curva; y un tercer grupo, las más desconocidas, que son las que parecen de puro sentido común, pero que en realidad son una patraña. En este último conjunto se adhiere, sin duda, la de que si tu coche está equipado con neumáticos de invierno, ya no tendrás que cambiarlos en todo el año.
Este tipo de ruedas, frente a las convencionales, está especialmente diseñado para garantizar la adherencia en condiciones de extrema dureza, bajas temperaturas y carreteras llenas de hielo o nieve. Esto lo logra con un mayor número de aristas en la banda de rozadura y con una diferente composición de la goma. El problema es que si conduces en verano a 50 kilómetros por hora equipado con estos neumáticos, el coche necesita 1,5 metros más para frenar. Un auténtico peligro.


Michelin se ha estrujado la cabeza durante unos cuantos años para lograr un nuevo compuesto de goma que es capaz de funcionar en ambas condiciones. Además del agarre que ofrecen los neumáticos Michelin Primacy 3 tanto en seco como en mojado, la marca asegura que producen un ahorro de 70 litros cada 45.000 kilómetros.
No cambiar los neumáticos y además ahorrar dinero y CO2. ¿Alguien puede ofrecer algo más?

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