ยฟSabrรกn conversar cara a cara las prรณximas generaciones?

ยซLa mayorรญa de las personas revisan sus mรณviles unas 150 veces al dรญa o cada seis minutos. Los jรณvenes envรญan un promedio de 110 mensajes de texto al dรญa y el 46% de los usuarios de telรฉfonos inteligentes dicen que no podrรญan vivir sin sus dispositivosยป. Son algunos de los muchos datos que Nancy Corlier incluye en su libro The Power of Off.

Las cifras llevan a pensar a la psicoterapeuta neoyorquina si quizรกs no estamos dedicando demasiado tiempo a cosas que en realidad no son relevantes: ยซMuchas personas han desconectado de lo que importa en verdad, de lo que nos hace sentir ricos y anclados como seres humanosยป.

Jane E. Brody recoge, en un artรญculo publicado recientemente por The New York Times , esta y otras citas y datos extraรญdos del libro de Corlier. Y tambiรฉn otros estudios como el de la Universidad de Maryland que alerta sobre la angustia que la mayorรญa de los estudiantes, procedentes de 10 paรญses distintos, sintieron cuando intentaron prescindir de sus dispositivo 24 horas.

El mรณvil es un apรฉndice mรกs para la mayorรญa de ellos y Brody se pregunta por las consecuencias que esto puede acarrear en su forma de relacionarse y comunicarse. ยซยฟAcaso las prรณximas generaciones sabrรกn cรณmo conversar cara a cara?ยป.

La misma cuestiรณn preocupa a Sherry Turkle, psicรณloga del MIT. La autora que a mediados de los 90 auguraba un futuro lleno de posibilidades gracias a las nuevas relaciones que los medios digitales permitirรญan, alerta ahora sobre las nefastas consecuencias que el abuso de estos puede acarrear en la comunicaciรณn cara a cara.

ยซLos pequeรฑos dispositivos que llevamos en el bolsillo no sรณlo cambian lo que hacemos, tambiรฉn lo que somosยป, comentaba en una conferencia en TED..

Que existan cada vez mรกs personas que prefieran escribir a hablar para comunicarse tiene una clara explicaciรณn, segรบn Turkle: ยซEs mรกs fรกcil componer y editar un mensaje que mantener una conversaciรณn espontรกnea porque aquรญ somos mucho mรกs vulnerables, ya que no podemos controlar lo que van ni vamos a decir. Los emails, whatsapps, mensajes en redes socialesโ€ฆ nos permiten mostrarnos como queremos serยป.

[pullquote]Los pequeรฑos dispositivos que llevamos en el bolsillo no sรณlo cambian lo que hacemos, tambiรฉn lo que somos [/pullquote]

Es precisamente el haber sabido detectar esa vulnerabilidad lo que hace de la tecnologรญa algo tan imprescindible en nuestras relaciones. ยซEsperamos mรกs de ella que los unos de los otros. ยฟPor quรฉ? Porque la tecnologรญa ha sabido llegar a ese punto en el que estamos mรกs desvalidos: nos sentimos solos y tenemos miedo a la intimidadยป. Para Turkle, ยซnos hemos acostumbrado a una forma de estar juntos en solitarioยป. Una paradoja que da tรญtulo a uno de sus libros: Alone Together.

En el รบltimo, Reclaiming Conversation , Turkle hace precisamente eso: reivindicar la conversaciรณn cara a cara como una vรญa para paliar los efectos negativos que puede acarrear el abuso de la digitalizaciรณn.

La empatรญa es una de las amenazas por estos excesos. En los mensajes vรญa mรณvil y redes sociales se pierde la informaciรณn adicional que aportan las charlas cara a cara.

Un reciente estudio de UCLA Brain Mapping Center, recogido en CNN , reconoce los cambios que el uso de las redes sociales y mensajerรญa instantรกnea genera en el cerebro de los adolescentes cuando intercambian mensajes online.

ยซCuando saben que una de sus fotografรญas subida a redes sociales ha logrado un gran nรบmero de โ€˜Me gustaโ€™ se activan las mismas รกreas de sus cerebros que lo hacen cuando ven una imagen de la persona de la que estรกn enamorados o cuando reciben dineroยป. Para Lauren Sherman, responsables del estudio, se trata de asimilar y aprender una forma distinta de interpretar la aceptaciรณn de los mensajes entre los destinatarios: ยซEn lugar de fijarnos en las expresiones y gestos faciales, en las interacciones online son los retweets, favoritos y likes los que nos hablan de la eficacia de nuestro mensajeยป.

Cรฉsar Toledo, consultor de comunicaciรณn polรญtica y experto en anรกlisis del comportamiento no verbal, es optimista en este aspecto: ยซNo creo que las comunicaciones digitales sean una amenaza por sรญ solas, todo dependerรก del buen o mal uso que hagamos de ellas. Al revรฉs, creo que pueden ser de muchรญsima utilidad si las gestionamos con sensibilidad, inteligencia y sentido comรบnยป.

Aunque coincide con Turkle en que las limitaciones en los mensajes escritos son mayores (ยซ a veces nos faltan emoticonos para expresar realmente lo que sentimosยป), eso no quiere decir que contribuya a generar mรกs confusiรณn en la conversaciรณn. ยซA veces tambiรฉn se producen cuando hablamos en persona. En ocasiones, no hemos recibido la adecuada formaciรณn para transmitir o interpretar con eficacia las emociones. Todo es cuestiรณn de aprendizajeยป, insiste por mail.

Para Toledo, si bien es cierto que existen elementos del lenguaje corporal que no estรกn disponibles en la conversaciรณn digital (ยซcruce de miradas, acercamiento o contacto fรญsico, etc.), ยซa lo largo de la historia, la literatura nos ha demostrado que las palabras escritas tambiรฉn construyen sensaciones y realidadesยป.

ยซCreo que cada dรญa mรกs las redes audiovisuales nos permiten obtener un feedback de calidad para establecer la empatรญa en la comunicaciรณn, incluso a veces con mรกs intimidad y autenticidad, porque al comunicarse a travรฉs de un dispositivo electrรณnico hay quienes se desinhiben con mรกs facilidad que en personaยป.

Aunque Toledo prefiere no hacer demasiadas conjeturas y esperar a que sean los denominados ยซnativos digitalesยป los que tomen el relevo al frente de nuestra sociedad. Serรก entonces cuando se conozca la verdadera dimensiรณn de lo digital. ยซNo olvidemos que el poder sigue estando todavรญa en manos de una cultura forjada en lo analรณgico, que necesita traducir todo el rato, porque la digital no es nuestra primera lenguaยป.

[pullquote]En lugar de fijarnos en las expresiones y gestos faciales, en las interacciones online son los retweets, favoritos y likes los que nos hablan de la eficacia de nuestro mensaje[/pullquote]

Y mientras eso ocurre, el consultor anima a seguir disfrutando de las ventajas que ofrece este tipo de comunicaciรณn, como el acceso a informaciรณn y conocimiento al instante, o establecer contactos en tiempo real que de otra forma serรญan inalcanzables para la mayorรญa de la poblaciรณn. ยซยฟConlleva riesgos y dificultades? Por supuesto pero los mismos que ha tenido siempre la comunicaciรณn pero materializados de otra manera?ยป.

Camila Taube, directora de la Escuela Neurocientรญfica del Amor, coincide con Toledo en este punto. ยซTodas las tecnologรญas fueron privativas de otro modo de comunicaciรณn. El cine mismo aboliรณ la empatรญa de la conversaciรณn en grupo alrededor de la radio, por la mirada unidireccional hacia la pantalla. Los primeros atisbos de psicologรญa de principios del siglo pasado ya protestaron por el oscuro devenir del ser humano. Al final, ocurriรณ lo habitual, el cine pasรณ a formar parte de nuestras vidas, como luego lo hizo la TV, de la que se decรญa que podรญa alienar a las personas totalmente, llegando a estos dรญas hasta nuestro enemigo tecnolรณgico en formato mรณvilยป, explica a Yorokobu.

Taube basa su visiรณn en la inexistencia de estudios cientรญficos que indique que la comunicaciรณn que se da entre nuestros cuerpos se halla visto coartada de forma alguna por los nuevos medios: ยซSeguimos siendo aquella mรกquina biolรณgica perfecta que hemos sido los รบltimos cientos de miles de aรฑos y lo seguiremos siendoยป.

Frente a este vacรญo cientรญfico, Taube seรฑala a las teorรญas de la antropรณloga Helen Fisher (ยซuna de las mayores autoridades en Neurocienciasยป). Para Fisher, que compagina su labor en The Kinsey Institute con su puesto de jefa cientรญfica en Match.com, la tecnologรญa no ha cambiado ยซprรกcticamente nadaยป las relaciones humanas. Un ejemplo son los numerosas apps y sites para encontrar pareja: ยซHan cambiado reglas y tabรบes en cuanto a la forma de cortejar, pero no lo que es el amor. No ocurriรณ cuando en los 40 se popularizรณ el automรณvil y, de repente, tenรญamos miles de dormitorios rodantes, y tampoco va a pasar ahoraยป.

Tal vez todo resuma en lo que Carlos Scolari decรญa en un artรญculo publicado por El Paรญs, y aludiendo al famosos libro de Umberto Eco ยซcada nueva tecnologรญa de la comunicaciรณn genera sus apocalรญpticos e integradosยป.

โ€”

Foto portada: Shutterstock

1 Comment ยฟQuรฉ opinas?

  1. [โ€ฆ] de una relaciรณn mรกs personal con nuestro interlocutor. Ya hay libros y estudios que se cuestionan si nuestros hijos sabrรกn hablar cara a cara en un futuro no muy [โ€ฆ]

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