Es una patraรฑa que los grandes emprendedores sean insensibles al miedo a fracasar โentonces serรญan temerarios e idiotasโ o que el รฉxito sea el gran aliado de los que se lo juegan todo sin perder el sueรฑo. Ningรบn inversor con dos dedos de frente confiarรญa sus ahorros a un sujeto incapaz de dudar de sรญ mismo. La diferencia entre un perdedor en serie y un emprendedor en serie es que al segundo se le presupone inteligencia, encanto personal, cierta prudencia y un plan con posibilidades. Tirarse por la ventana una y otra vez con valentรญa es un ejercicio de circo al que se sumarรญan antes los domadores borrachos que las fieras.
Mr. Emprendedor es un personaje al que rara vez se conoce desayunando, igual que al homo economicus o la femme fatale. Las tres figuras, nocturnas y envueltas en el velo y la gasa del sueรฑo, son moldes que no reflejan a nadie. Nos acostamos con Hilda y nos levantamos con la realidad, es decir, con cara de palurdo. Los moldes los rellenamos con la burda crema pastelera de nuestras aspiraciones, nuestras imperfecciones y con, esto hay que decirlo, un matiz sexista que hace que, si nos preguntan por el nombre de diez grandes profesionales de empresas rompedoras, no se nos ocurra ni una mujer. Te lo pongo fรกcil: los mรกximos directivos de Google, LinkedIn, eBay e IBM en Espaรฑa son mujeres.
Mr. Emprendedor es un ser, en definitiva, tan sobrehumano que ni siquiera es persona. Se rรญe del fracaso aunque suponga la ruina econรณmica; se rรญe de una sociedad siempre provinciana (ยกpaletos!) que se atreve a no confiar en sus ingenios. Y se rรญe del poso de la experiencia de los veteranos, pobres diablos, o de una enseรฑanza reglada convertida en cadena de montaje. Su eterna juventud se parece a la de los actores de 30 aรฑos que interpretan a estudiantes de instituto en las series americanas. Su insolencia, por supuesto, tambiรฉn es eterna y postiza: ยฟPero cรณmo querรฉis que no os reemplacen por autรณmatas si ya lo sois? ยกSeguid, seguid aprobando exรกmenes tipo test mientras yo invento el prรณximo iPhone! ยกSeguid!
Esta visiรณn tan inverosรญmil, tan caricaturesca, a medio camino entre Eyes Wide Shut y Barrio Sรฉsamo, ha servido para convertir al emprendedor en un ser que no podรญa sentir un profundo miedo al fracaso, que se reduce, muchas veces, al miedo a que se rรญan de ti. Los dioses son temidos, pero no temerosos; son burlones, pero nunca se rรญen de ellos. Existen pocas pelรญculas en las que la sociedad termina demostrando a un emprendedor que su invento revolucionario era una revolucionaria gilipollez.
Y, sin embargo, ocurre. De hecho, en el ocรฉano de las start-ups hay mรกs naufragios que barcos y, todo hay que decirlo, mรกs capitanes que tripulaciรณn. Si Jesucristo fuera crucificado hoy, en vez de INRI, los nuevos romanos pondrรญan CEO y el cristianismo contarรญa como innovaciรณn disruptiva. Habrรญamos anticipado el via crucis que les espera a los gigantes de Silicon Valley. ยกSerรญamos profetas!
Realidad aumentada
Afortunadamente, existen estudios sobre emprendedores de verdad y el pavor que sienten, muchas veces fundado, a ser el objeto del cachondeo general. Robert Mitchell y Dean Shepherd, dos investigadores norteamericanos, han acreditado que el temor a perder la autoestima o a enfrentarse a un futuro incierto inhibe a algunos de ellos. Al mismo tiempo, daรฑar econรณmicamente a las empresas rivales los anima a perseverar. A los fundadores de Google y Facebook les encantรณ soรฑar con el dominio de la publicidad digital. Desplazar a Yahoo! o Hotmail fue un autรฉntico placer para Gmail.
Los emprendedores de verdad, los que no estรกn cincelados en mรกrmol y con la nariz rota a la sombra del Partenรณn, perciben, muchas veces, dos escenarios cuando creen que el fracaso de su proyecto puede erosionar su autoestima y su reputaciรณn. Un equipo liderado por el experto en Psicologรญa, Robert C. Birney, ya los seรฑalaba en 1969: pueden abandonar o ir a por todas. Los valientes que se superan eligiendo esta segunda opciรณn, aunque les corroa el terror por dentro, consiguen, en ocasiones, hazaรฑas asombrosas. El pavor los motiva a cabalgar como alma que lleva el diablo y, muy probablemente, lo pagarรกn con altos niveles de ansiedad y fatiga emocional. Los emprendedores que sienten mucho miedo y que lo afrontan se queman mรกs rรกpido, pero tambiรฉn pueden llegar muchรญsimo mรกs lejos.
Las diferencias entre las personas emprendedoras que disfrutan inmensamente con su actividad y las demรกs tienen muy poco que ver con la madera especial, la esencia u otros ejercicios retรณricos que van de la estรฉtica a la mitologรญa haciendo parada obligatoria en las excusas para no mover el culo. O en esa envidia de las galletas del vecino que jamรกs valora el trabajo ajeno. Lo nuestro siempre es pan fruto del sudor; lo de los demรกs, manรก caรญdo del cielo. ยกSe lo han regalado! ยกSabrรก demasiado de sus jefes! ยกTrepar (lo que hacen ellos) no es lo mismo que ascender (que es lo que hago yo)!
En realidad, ser feliz como emprendedor depende, en gran medida, de la manera en la que se enfrentan al miedo al fracaso y al ridรญculo y de que ese miedo no sea algo patolรณgico, claro. Hay gente que incuba este mal en la infancia y los riesgos, sencillamente, la superan y clavan contra las rocas como un tsunami a un frรกgil percebeiro. No es miedo, es pรกnico y necesitan una terapia cuidadosa. En la mayorรญa de los casos, sin embargo, las estrategias para vencer el miedo son lo รบnico que distingue al Sr. Emprendedor de los humildes mortales, con talento y recursos, que lo envidian o adoran.
James Hayton y Gabriella Cacciotti, de la Universidad de Warwick, han identificado tres estrategias que funcionan en un artรญculo reciente de la Harvard Business Review: hacer camino al andar resolviendo problemas poco a poco, formarse mejor sobre los aspectos del negocio que se les escapan y recurrir a mentores, redes de apoyo o amigos con problemas parecidos. Los investigadores llegan, ademรกs, a una interesante conclusiรณn: el miedo al fracaso puede ayudar a los emprendedores a superarse y no solo paralizarlos como estatuas. Sus imperfecciones, ahora que sabemos que son humanos y no dioses, son las que pueden hacerlos realmente grandes y memorables. Su รบnico rastro de divinidad estรก en la forma, a veces heroica, con la que reconocen y superan las limitaciones de su carne mortal.
Gracias por este artรญculo, muy cierto todo lo que escribes. Saludos!
Interesante artรญculo sobre las nuevas oportunidades de negocio.