Hay días en que todo lo que uno pueda decir o hacer parece estúpido. Con la que está cayendo en las redes con el ‘No les votes’, el escándalo FMI y Lorca, hacer reflexiones sobre marketing, marcas y consumismo parece una nadería.
Con permiso de Yorokobu, creo que lo más oportuno en este momento es contar un chiste. El time to market no da para reflexiones. Por explicarlo de forma sencilla, el time to market es lo que le falló a la red social Keteké, que no entendió que simplemente ya no era su momento. Seguro que muchos datos respaldaban la iniciativa, pero no se puede inventar Facebook o Twitter cuando ya son un tsunami que viene.
Otras veces es al contrario, no encaja el momento por simple precipitación. El mundo no estaba aún preparado ni para Van Gogh, ni para el Newton de Apple, o la Kinect de la Xbox, que al parecer tiene un abuelo de 30 años.
Y para colmo, a veces ni siquiera es el mercado el que marca los tiempos de un producto, sino el contexto o la actualidad. Basta recordar la cantidad de lanzamientos de nuevos productos que se han cancelado en Japón tras el terremoto.
Pero no todo había de ser malo. En ocasiones, pocas, es justo el ‘momento’ el que pone luces a tu marca. La pura casualidad ha hecho que una inserción de Boston Medical Group en la portada de ABC resulte antológica (Ver abajo… y gracias por la foto Marcos). Y salvo que la central de medios tenga algo que ver en el asunto de Strauss-Khan, este tipo de cosas no se programan.
Así que visto todo lo anterior, como para no tener en cuenta el time to market de lo que uno hace. Me apetecía hablar de social CRM, la piedra filosofal del momento. Pero no parece adecuado justo el día en que por un lado los ciudadanos se rebelan, vía redes sociales, contra el modelo capitalista y de consumismo; y por otro lado, las empresas estudian la forma de convertir las redes en vías de ingresos o de información de uso comercial. Paradójico.
Ah! sí, el chiste: Va un caracol y derrapa!