Últimamente me ha dado por recolectar excusas de la gente para comprar o hacer cosas. Es como si nadie dijera la verdad de por qué se ha comprado esto o lo otro. He aquí un pequeño extracto de excusas o lo que los más finos llaman “insights” de consumidores…
No quería, pero al final compré un iPad porque así también podía leer libros electrónicos sin molestar a mi mujer por la noche.
Si, estoy en Facebook pero apenas lo uso, me metieron mis amigos.
Leo el ‘ABC’ porque el tamaño es más cómodo… ‘El País’ porque el dominical es buenísimo… el ‘Interviú’ por los artículos políticos.
Preferí comprarme un Volvo C60 en lugar de un Renault Laguna por seguridad…
Compro en Zara porque me gusta la ropa, no por el precio.
Un traje más caro luego ahorra mucho dinero en tintorerías.
Voy a Natur House para sentirme mejor, nada más.
Me tiraba horas cocinando y con la Thermomix puedo pasar más tiempo con mis hijos.
Prefiero Nespresso por la variedad de sabores.
Mi bolso es Loewe porque la piel es buenísima y dura para toda la vida.
Tengo DIGITAL+, ONO o IMAGENIO…por los canales infantiles.
Y así miles de ejemplos más. Y es un problema. Si nos preguntan en un cuestionario ¿contestaremos algo parecido? ¿Tiraremos de excusas? A eso hay que añadir que ahora los consumidores somos aún más “sinceros” en las redes sociales. ¿Entonces los focus groups ya no sirven de nada? ¿Hasta dónde pueden fiarse de nosotros los encuestadores?
Me encantaría un día ver un estudio que hable, de verdad, de cómo pensamos los consumidores. Con el mismo lenguaje, las misma palabras.
Uno que en lugar de decir: “se ha producido un descenso de sensibilidad del mercado a los atributos de calidad percibida, innovación y diseño…” simplemente dijera: “las zapatillas que vendes parecen baratas, la piel brilla como plástico y estoy harto de tanto colorín”. Ahí sí habría una línea de trabajo, y sincera. Se supone que el objetivo es adaptarse al mercado, así que el mercado ha de ser sincero.
Visto lo visto y como está tan de moda usar las redes para hacer llamamientos voy a hacer uno.
MANIFIESTO:
Querido consumidor: (que nos conocemos…) ¿a quién queremos engañar? Sabemos que en realidad estabas pensando que un Volvo le daría mucha más envidia al vecino que un Renault Laguna. No pasa nada, no te asuste decirlo. Sabemos que lo de Imagenio es por el fútbol, y que querías un Ipad para fardar ( por antiguo que suene)… pero si no lo dices así de claro no saldrá en un gráfico.
Digámoslo todo bien claro. La compra impulsiva nos hace sentir mejor, es terapia pura. ¡La compra aspiracional es legal y legítima! ¡Estamos en nuestro derecho de no necesitar excusas! ¡Reclamemos nuestro derecho a ser caprichosos!
Manos a la obra. Si alguna vez te topas con una consultora que quiere sacarte los insights, por favor se sincero, amigo. Pero sincero contigo mismo. Que luego pasa como con los documentales de la 2.
Si fuéramos sinceros (y sinceras) no tendríamos a los de Café la Estrella volviéndose locos inventando nuevos sabores cuando en realidad todos los nespressos nos saben a George Clooney. ¡Así llegarían antes a la conclusión de que su café tiene que saber a Angelina Jolie!
El argumento parece sencillo, si uno miente cuando le preguntan, las marcas llegarán a conclusiones erróneas, y así nunca tendremos lo que nos gusta de verdad a todos y se supone que decidimos los consumidores. ¡Y queremos a Angelina Jolie! ( y ahí es donde enlazo con el titular)
Firmado: www.consumidoressincerosconsigomismosysinfronteras.com