Si lo de la música fuera sencillo, todos estaríamos de acuerdo en que Neil Young es el mejor y santas pascuas. Todos. El 100% de la gente.
No es así. Hay personas –equivocadas, por supuesto– que prefieren otras opciones. Y es más. Una misma persona puede preferir diferentes propuestas en distintos momentos del día. El cerebro humano tiene estas cosas: es un incordio imposible de satisfacer a tiempo completo.
Poner a una persona a componer la música que uno desea en cada momento podría considerarse un oficio abusivo. No por el mero hecho de componer. Hasta donde alcanza la lógica, componer es una actividad que un compositor entiende como aceptable.
El abuso vendría del escuchante y de su maleabilidad a la hora de disfrutar, es decir, de su cansinismo. Además, un humano es caro y eso a las discográficas no les gusta. Por eso, y mientras exigir a las máquinas no sea un acto de obligación de esclavitud, hay quien está probando sistemas de inteligencia artificial para estos menesteres.
Endel es una maquinita que compone sola ¡y ya ha firmado con Warner Music!
Endel es una startup alemana que ha creado un sistema de inteligencia artificial para componer música como churros.
Warner Music, el sello con el que ha firmado un contrato discográfico, está esperando 20 discos de los cuales 5 llegan este mismo año. Ríete tú de lo prolífico que es Ryan Adams.
Endel crea música ambient destinada a objetivos como la relajación, la concentración o el acompañamiento musical a otras actividades como el deporte, la conducción o la búsqueda del sueño.
Las plataformas digitales de streaming ya tienen un buen puñado de canciones compuestas por Endel con nombres new age tan pesadillescos como Twenty Nighttime Breezes o One Starry Skies.
Pero la verdadera gracia de Endel es lo que hacen sus apps: crear música en tiempo real según diversos parámetros como la hora, la localización, el ritmo cardiaco o la actividad que estés realizando.
Endel explica en su sitio web que «el sonido tiene un impacto directo en nuestro bienestar psicológico y fisiológico. Por ejemplo, el ruido blanco ayuda a los niños a dormir mientras que los sonidos relajantes reduce el estrés y la ansiedad y tienen un efecto positivo en el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Así, Endel utiliza el sonido para alinear tu cuerpo y mente con cualquier tarea o meta».
—
Este contenido es una columna llamada El Piensódromo. La enviamos los viernes por email e incluye algún tipo de reflexión acerca de ecosistema que nos rodea y algunas recomendaciones culturales y lecturas adicionales. Si quieres recibirlo directamente en tu correo electrónico, puedes darte del alta en el formulario que hay aquí debajo.