Todo está listo en el escenario para que empiece el concierto. El guitarrista afina su guitarra y calienta los dedos tañendo las cuerdas en un improvisado acorde. Otra figura le acompaña sentado junto a él frente a una mesa, un teclado y una gran pantalla. Las luces se apagan y comienza el concierto. Pero aquí los versos no serán cantados, sino declamados o escritos en silencio al compás que marca la música. El público es a la vez espectador y actor. Es Escritura en Vivo.
«La escritura en vivo es un concepto relativamente nuevo que identifica el arte de improvisar la escritura en directo frente al público lector, en un mismo tiempo y espacio. Para ello es necesario emplear la tecnología y la proyección del texto, de manera que todo el mundo pueda leer lo que se está escribiendo», explica Marcos Xalabarder, fundador de Escritura en Vivo, el nombre genérico de este proyecto creativo y literario que se presenta bajo dos formatos: la Jam y el Slam de Escritura.
La Jam de Escritura de Barcelona bebe directamente de la Jam de Escritura de Argentina creada por Adrián Haidukowski en 2007, una «experiencia creativa» que se ha extendido ya a otros países como Colombia, Venezuela y México, en la que se mezclan disciplinas como la literatura, la música y la ilustración. Sin embargo, la gran diferencia entre la argentina y la española es que Xalabarder orientó la suya a la participación y la escritura colectiva.
En la Jam de Escritura de Argentina, se suele invitar a escritores que han publicado para que improvisen textos frente al público. El español quiso darle un sello propio: que fuera el público quien escribiera, como en una jam session.
Los textos se improvisan al ritmo de la música y se convierten en un instrumento más, en un diálogo en el que uno y otra se interrogan. La música marca el tema y el tono de lo que se escribe y va creando el clima entre el público. Unas veces puede ser improvisada y en otras habrá una lista de temas musicales o sesiones de DJ.
Cada Jam es distinta en función de los músicos y estilos que intervienen. «No es lo mismo una sesión a lomos de un didgeridoo (como el de nuestro amigo Miki Mallo) que el violín de Anna Fité, la guitarra de Mirlo o la voz de Raquel Lúa», explica. La Jam, dice Xalabarder, también es exploración musical.
Cualquiera puede participar en estos ‘conciertos’. La única premisa es que «escribir mola» y, por tanto, es una experiencia abierta a todo el mundo.
No hay dos sesiones iguales. En algunas se da al público una serie de sencillas instrucciones y todo se acompaña de vídeo y animación para mezclar el texto que va apareciendo en pantalla con temas que inviten a imaginar una historia.
«Pero luego siempre hay una fase, que he bautizado como ‘bioescritura’, que es fantástica», explica el fundador de Escritura en Vivo. «Es puro dejarse llevar. Puedes escribir todo lo que quieras y como quieras, sin límite, excepto si alguien viene y te toca el hombro. Entonces, estés donde estés, le dejas el teclado al siguiente».
Junto a las Jam, el otro formato que presenta Escritura en Vivo es la Slam de Escritura. Su inspiración es la competición peruana Lucha Libro. Un amigo le habló de este certamen cuando Xalabarder le expresó su deseo de lanzar una competición de escritura creativa en vivo. Pero como el formato original era difícil de reproducir en Barcelona, debido, entre otros motivos, a que se necesita el compromiso de una editorial para publicar la obra del ganador, Marcos Xalabarder desarrolló su propia versión.
«Lucha Libro es un evento anual, con un formato y unas reglas muy definidas. En esencia, es una liga de escritores donde la prueba a superar es escribir un relato en cinco minutos a partir de tres elementos. Los escritores llevan máscaras de lucha libre —de ahí el nombre— y son ‘anónimos’ hasta el final de la competición, estructurada en forma de liga», explica el creador de Escritura en Vivo. «Slam de Escritura es una creación mía que propone una experiencia que implica tanto al público como a los escritores. Se realiza mensualmente y propone tres pruebas creativas siempre diferentes. Es, en sí mismo, un ejercicio de creatividad y una exploración literaria».
Las pruebas de las que habla pueden ser de todo tipo: desde que escriban a partir de un sabor, un olor o el tacto, hasta que compitan por equipos turnándose al teclado, que escriban de dos en dos en un diálogo, improvisen los subtítulos de una película en directo o retraten literariamente a una persona de los asistentes. «Quizá otra diferencia considerable es que hacemos muy partícipe al público. Nos interesa mucho que tenga ritmo, que se lo pasen bien, y les damos herramientas para ello», explica su creador. «En el Slam, el público vota a través de su teléfono móvil en tiempo real, y puede participar de las pruebas. Por ejemplo, en ‘Lluvia de palabras’, el público se pasaba un micro e iba soltando palabras que el escritor tenía que introducir a toda prisa en su relato. ¡Brutal!».
La recompensa para el ganador es casi simbólica. Si bien en Lucha Libro el premio para el vencedor es ver su obra publicada, en la Slam de Escritura buscan «regalar el placer de escribir». Cualquiera puede participar en una Slam. Basta con escribir a un correo electrónico, al menos durante este primer año. No hay exámenes previos ni pruebas. Pero Xalabarder y sus dos colaboradores, Esther Garrido y Álvaro Jiménez, ya están trabajando en diseñar otra manera de hacerlo. «Hasta ahora nos ha ido genial porque todos los participantes han demostrado gran talento, pero la temporada que viene estableceremos un método más preciso».
Antes de Escritura en Vivo, Marcos Xalabarder creó Improtext en 2010 basado en la Jam de Haidukowski. «Como escritor creativo tenía en mente la idea de dar un ‘concierto de escritura’ en el que escribiría ‘piezas’ improvisadas delante del público», rememora. No fue hasta 2014 que adaptó junto con Álvaro Jiménez el formato argentino. Al año siguiente emprendió Escritura en Vivo y el proyecto de las Jam tomó impulso con la participación regular de artistas como Ignasi Poveda, Esther Garrido, Mina Jass o Miki Mallo.
«Actualmente, Escritura en Vivo es un proyecto de largo recorrido, con espíritu de movimiento cultural y con la vocación de fomentar la escritura como herramienta transformadora, bien sea a través de eventos culturales, intervenciones artísticas o proyectos de carácter social», resume Xalabarder.
Su deseo es que esta experiencia creativa y literaria se extienda a otras ciudades en España. Su ilusión, llevar Slam y Jam a Madrid el próximo año. «La idea es que la Jam sea un evento habitual en cualquier parte del mundo», comenta. «En cuanto al Slam, es un formato que quiero controlar para que se realice como a mí me gustaría, pero en el futuro sería genial que hubiera competiciones internacionales como en el Slam Poetry».
No habrá traslación al papel de todo lo que se escribe y vive en estos ‘conciertos’. «El tipo de escritura es demasiado orgánica, mezclada y casi anónima para hacer un libro. No es la intención», explica. De momento, sólo se registra todo lo que se hace y se publica online.
Literatura, música, danza… Si alguien echa en falta la pintura entre las disciplinas que interactúan en Escritura en Vivo, hay buenas noticias al respecto. «Ya hemos utilizado creativamente herramientas de dibujo en Jams y Slams. Por ejemplo, hemos utilizado una app de iPad llamada Tagtool para intervenir gráficamente en directo, mezclándola con el texto», y anuncia: «El próximo 13 de mayo organizo con la Galería Espronceda una Jam muy especial junto con una pintora también única: Tolkin Sakbayeva. Ella pintará durante dos horas y utilizaremos una cámara para capturar su lienzo y mezclarlo con el texto que se vaya generando en pantalla. Como he dicho, las posibilidades creativas son infinitas y esto solo es el principio».
Fotos: Yasmina Perea
ohhh y ¿ cómo se puede participar?
Hola, María:
De momento, solo se realizan en Barcelona. Entra en su página web y allí tendrás toda la información.
En Facebook se crean eventos para cada día que hay algo:
https://www.facebook.com/escrituraenvivo
Hubiera sido bonito tener un hueco en el párrafo de Lucha Libro para hablar de Lucha Libro Canarias, que lleva varias ediciones celebrándose tanto en Tenerife como en Gran Canaria. Es poco conocido fuera de las islas, pero una iniciativa muy recomendable y que tendrían mucho jugo en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla. En las islas la editorial que apoya a los que trajeron de Perú LuchaLibro es Baile del Sol. Googleadlo, es admirable el trabajo que hay detrás y el apoyo que reciben. Un abrazo y buen artículo! Qué viva la impro!