Vagos, maleantes y maricones, la histórica opresión al colectivo LGTBIQ+

Una exposición reflexiona sobre los impactos de la histórica opresión al colectivo LGTBIQ+, y quiere acallar la voz del populismo religioso reaccionario.
20 de julio de 2023
20 de julio de 2023
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Exposición Vagos y Maleantes

La Ley de Vagos y Maleantes fue aprobada en 1933 por las Cortes de la Segunda República para regular la conducta y el estilo de vida de ciertos grupos sociales que eran considerados una amenaza para la estabilidad social y la moralidad pública. En concreto, el término vagos se aplicaba a personas sin empleo regular o estable, mientras que el término maleantes se refería a aquellos con antecedentes penales o a quienes se consideraba sospechosos de llevar a cabo actividades delictivas. 

Pero fue durante el régimen franquista cuando esta ley adquirió una nueva dimensión. En plena dictadura, esta legislación otorgaba amplios poderes a las autoridades para arrestar y encarcelar a aquellos que fueran considerados vagos, mendigos, prostitutas, homosexuales, delincuentes habituales o personas con comportamiento antisocial.

Exposición Vagos y Maleantes

La ley establecía penas de prisión y trabajos forzados en instituciones penitenciarias o campos de trabajo. Además, también contemplaba medidas de «reeducación» y «rehabilitación» forzadas para aquellos que fueran considerados «peligrosos para la sociedad». Estas medidas incluían el internamiento en instituciones psiquiátricas y la aplicación de tratamientos médicos y psicológicos coercitivos.

Por supuesto, la ley fue utilizada por las autoridades para perseguir y castigar a las personas LGTBIQ+. Durante la dictadura franquista, la homosexualidad fue vista como una enfermedad y una amenaza para la moral y las costumbres tradicionales. Por eso, en 1954 se derogó la norma de vagos y maleantes, a la que sustituyó la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, con el objetivo de incluir la homosexualidad como conducta peligrosa.

Exposición Vagos y Maleantes

Bajo esta ley, ser gay se consideraba un delito y se perseguía activamente. Los homosexuales eran arrestados, encarcelados y sometidos a diversas formas de castigo, incluyendo trabajos forzados, internamientos en instituciones psiquiátricas y tratamientos coercitivos destinados a «revertir» su orientación sexual. 

En diciembre de 1978, poco después de que volviera a instaurarse la democracia en España, el pleno del Congreso de los Diputados dio luz verde a una modificación de la ley de peligrosidad social para despenalizar la homosexualidad en España.

Pero no fue hasta el 23 de noviembre de 1995 cuando se eliminó del Código Penal la norma de peligrosidad social. Eso ocurrió solo 10 años antes de que se aprobara la Ley de Matrimonio Igualitario, que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en España, convirtiéndose en uno de los primeros países en hacerlo.

 

Exposición Vagos y Maleantes

Exposición Vagos y Maleantes

Actualmente, España cuenta con leyes y protecciones legales que garantizan la igualdad de derechos para las personas LGBT+. Existen leyes que prohíben la discriminación por orientación sexual e identidad de género, y se han implementado políticas para promover la igualdad y la inclusión en todos los ámbitos de la sociedad. 

‘VAGOS Y MALEANTES’

Pero muestras como Vagos y Maleantes quieren dejar constancia de que todavía falta mucho por conseguir en cuanto a derechos del colectivo LGTBIQ+ en España. Y la palabra mucho se queda muy corta cuando nos referimos a la situación de otros países del mundo.

La exposición muestra una jaula para el pene que no permite su erección, uniformes de policía, violencia física, palabras peyorativas, insultos, miradas cargadas de prejuicios… elementos que, con distintas técnicas artísticas, quieren hacer pensar al espectador sobre el daño causado por la mencionada opresión.

Exposición Vagos y Maleantes

«Hace poco más de un mes Dinastía del Carmen, una amiga y artista trans, se tiró del puente de Segovia. Si todavía hay gente que se quita la vida por sentirse discriminada en España, donde existe un marco legal respetuoso con los derechos humanos y orientado hacia la justicia y la igualdad, no imaginas los problemas que viven las personas LGTBIQ+ en otras latitudes», comenta Macelo Mendonça, uno de los artistas participantes en esta exposición.

La homosexualidad es ilegal en aproximadamente 70 países en todo el mundo. En esos países las leyes varían desde la criminalización total de la actividad homosexual hasta la criminalización de actos específicos. En algunos países, la homosexualidad se castiga con penas graves, incluyendo prisión (Sudán, Mauritania, Somalia, Catar, Emiratos Árabes Unidos…) e incluso la pena de muerte (Arabia Saudita, Irán, Yemen…).

Exposición Vagos y Maleantes

Según Mendonça, el caso de Uganda es particularmente grave. «El Parlamento de Uganda ha aprobado un proyecto de ley antihomosexualidad, el pasado 20 de diciembre, que afianza la discriminación y el odio contra las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero e intersexuales. Esta ley supone una grave violación de derechos humanos, como el derecho a la intimidad, a la vida familiar, a la igualdad, la libertad de reunión, la libertad de expresión, entre otros, e institucionaliza la discriminación de este colectivo», explica el artista.

HOMOFOBIA

Es en las dudosas traducciones del Torá, la Biblia y el Corán donde encontramos el germen de la homofobia, lo que, a su vez, es la prueba misma de que las que hoy llamamos «homosexualidades» son tan antiguas como la humanidad misma. Lo dice Jean Wyllys, comisario de la exposición, en el texto de presentación de la misma.

Exposición Vagos y Maleantes

Según Wyllys, periodista, activista y político brasileño que, a raíz de la llegada al poder de Jair Bolsonaro en Brasil, dimitió de su cargo y se exilió en España, la semilla del mal que es la homofobia arraigó y no solo sobrevivió a la secularización de Occidente, sino que germinó en las esferas de la ciencia y el derecho modernos. «De pecadores, los homosexuales —y, por extensión, todos los disidentes de la sexualidad con fines reproductivos— fueron convertidos en delincuentes y/o pacientes.

Exposición Vagos y Maleantes Exposición Vagos y Maleantes

Dejaron de arder en “hogueras sagradas” para ser sometidos a macabros experimentos científicos en campos de concentración o condenados a trabajos forzados o fusilados tras revoluciones», explica el comisario. «Son, al menos, dos milenios de persistencia de un mal que, por un lado, nos arruina física y psicológicamente, y por otro, nos constituye en una comunidad de parias, en la que nacen sentimientos contrapuestos como la vergüenza y el orgullo, el autodesprecio y la empatía, la culpa y el goce liberador o la capitulación y la resistencia política».

Para el curador, esta exposición colectiva de artes visuales busca expresar a través de diferentes imágenes, instalaciones, dibujos y pinturas los términos de esta lucha histórica contra un mal que nos somete, en los dos sentidos de la palabra. «Vagos y Malantes fue el nombre de la ley a través de la cual la dictadura franquista trató la homosexualidad y otras expresiones de disidencia sexual. Reflexionar sobre los impactos de esta ley en nuestra comunidad es algo necesario, máxime cuando este mal milenario se convierte en la voz actual del populismo religioso reaccionario», apostilla Jean Wyllys.

Vagos, maleantes y maricones

La exposición Vagos y Maleantes se inauguró el día 22 de junio en el Estudio Inverso, situado en el madrileño barrio de Malasaña, y expondrá durante un mes obras de Marcelo Mendonça, Chema Perona, Cristóbal Tabares, Mateo Fetén, Diego Conté, Sofia Baraya, David Ortega y el mismo Jean Wyllys, que también firma el concepto curatorial del proyecto.

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