«Si hubiera tenido un cuerpo perfecto, nunca me habría convertido en diseñadora de moda», así comienza el artículo publicado en The Sunday Times Style dedicado a Bella Freud. «Mis inseguridades y dudas sobre mí misma fueron lo que me empujó al mundo de la moda, para intentar superar mi insatisfacción y frustración con mi aspecto», continúa la estilista, que lleva con orgullo el apellido de su bisabuelo (un engorroso pariente del que admitió en una entrevista que no sabe mucho).
Estilista y diseñadora de interiores, comenzó su carrera con Vivienne Westwood, que le enseñó que «la moda es, ante todo, un lenguaje que se lleva» (son famosos los eslóganes de sus jerséis, como el ya icónico «Ginsberg is God», creado para el cortometraje Hideous Man realizado con John Malkovich), pero también un mundo polifacético que, en su opinión, aún no se ha contado en toda su complejidad.
De esta idea nació Fashion Neurosis, un pódcast (también en formato vídeo) en el que la diseñadora de moda invita a su casa de Londres a personalidades destacadas como Rick Owens, Kate Moss y Courteney Cox.
Entre cuadros de su padre (el artista Lucian Freud, al que conoció ya de adulta), pilas de libros y fotos suyas de niña, Bella Freud tumba en su sofá blanco a sus invitados y los somete a una serie de preguntas, como si estuvieran en una sesión de psicoanálisis al estilo de su bisabuelo Sigmund Freud. A través de la entrevista, analizan el modo en que la moda ha moldeado sus vidas, hablando de sí mismos a través de su ropa (pero no solo).
Y mientras los asistentes miran al techo, una cámara capta sus expresiones, dando a los espectadores una visión aérea de los invitados, permitiéndoles casi observar lo que hay dentro de sus mentes. Bella Freud insiste en que su papel no es el de una terapeuta —«No pretendo ser una terapeuta, lo que quiero es crear un ambiente relajado»—, pero hay que reconocer su habilidad para formular preguntas que surgen de una curiosidad genuina.
Moda e identidad
Las conversaciones comienzan con preguntas sobre el estilo y lo que revelamos a través de la ropa que llevamos, pero Bella también comparte anécdotas personales, y las conversaciones se expanden en debates más profundos que tocan temas universales de la vida: el amor, la identidad, la cultura, la ansiedad e incluso la política.
A través de una serie de preguntas, la estilista crea un ambiente relajado e íntimo en el que sus invitados revelan más de lo que cabría esperar sobre sus puntos de vista, sus errores, sus gustos y aversiones y por qué visten como visten, adentrando al oyente en el lenguaje tácito de la ropa y en las formas en que utilizamos el estilo para movernos y comunicarnos con el mundo.
«Planteo preguntas bastante sencillas que giran en torno a la forma en que revelamos u ocultamos cosas a través de lo que llevamos puesto, la forma en que llamamos o no la atención sobre nosotros mismos», explica la diseñadora. La moda, a menudo considerada superficial, se convierte en este pódcast en la lente a través de la cual examinamos nuestra vida interior, nuestras relaciones y la sociedad.
Moda y libertad de pensamiento
La ropa no es solo ropa, puede definir cómo nos sentimos, puede influir en nuestro mundo interior: una prenda equivocada puede hacernos sentir incómodos. Cuando llevamos la adecuada, en cambio, dejamos de centrarnos en nosotros mismos y nuestra mente está más disponible. En este sentido, la ropa es útil: libera la mente y el pensamiento.
A menudo asociada solo con la vanidad y el cuidado de la imagen, la ropa, según la diseñadora, también tiene otra función: nos cuida. Nos protege, literal y metafóricamente. Siguiendo esta línea, Fashion Neurosis sí es una reinterpretación irónica de lo que el bisabuelo de la diseñadora hizo con el psicoanálisis, pero también pretende ser una forma de introducir debates sobre la salud mental en la comunidad de la moda.
Lejos de la superficialidad por la que a menudo se la crítica, la moda se convierte aquí en un prisma a través del cual ahondar en la vida interior.
