Los españoles compran cada vez más por internet. Lo hacen en grandes marketplaces. Lo hacen con apps que todos conocemos. Pero también en pequeñas tiendas. Por eso, en el contexto actual, el escaparate más importante para cualquier comercio está en la red.
La tendencia era clara antes de la pandemia, pero esta ha disparado los números de forma exponencial. Un informe de eMarketer precisa que las ventas de comercio electrónico en España subieron un 36% en 2020. Esto sitúa el país como el tercer mercado que más rápido ha crecido en el mundo, después de Singapur y Argentina. Hay gente, cada vez más, que no solo compra, sino que hace la compra en internet.
«Durante el año pasado, si algo hemos aprendido es a no dar nada por sentado», asegura Fernando Tellado, director de WooCommerce. «Puede que nuestro negocio lleve años funcionando bien, pero de un día para otro nos lo pueden cerrar». Tellado es profesor, consultor y desarrollador web especializado en WordPress. Lleva años dando consejos a quienes quieren montar una tienda online. Lo hace desde su blog Ayuda WordPress. Y ahora lo va a hacer en el curso online gratuito de SiteGround.
Las ventajas de dar el salto al online se multiplican al desglosar los gastos iniciales: «Solo es necesaria una cuenta en un plan de alojamiento web, que viene a costar unos 100 euros al año, y un dominio, que se adquiere por menos de 15 euros al año», explica el experto. «Todas las aplicaciones que uso en el curso son gratuitas, excepto la extensión para crear sistemas de reservas y suscripciones, pero incluso estas son muy baratas». La barrera pues, es más mental que económica.
Pero ¿tiene sentido crear un e-commerce propio cuando ya hay marketplaces que funcionan perfectamente? ¿No es más práctico integrarse dentro de una gran plataforma? «Empresas como Amazon hacen millonarios a sus inversores, pero no a los vendedores y distribuidores de su plataforma», responde categórico Tellado. Son muchas las pequeñas tiendas que han optado por entrar en la red de estas grandes plataformas, pero señala el experto que los márgenes, las reglas y las decisiones arbitrarias «las decide una empresa cuyo interés no es tu supervivencia, sino la suya».
Lo bueno que tiene montar una web propia es que tú decides los plazos, el coste de envío, las gestiones… Trasladas las prioridades de tu tienda al mundo digital. Tú no cambias, pero sí pueden hacerlo tus clientes. «Lo más importante a tener en cuenta para alguien que se esté planteando abrir un e-commerce es que ya sabe quiénes son sus clientes actuales y potenciales en su tienda física, pero no en venta online», subraya Tellado. En este entorno, las limitaciones geográficas se difuminan, las opiniones de los clientes cobran mucha más importancia y la competencia es feroz. «Puedes descubrir que hay muchos clientes deseando adquirir tus productos. Y si no los vendes tú, otro lo estará haciendo ya».
Tellado considera que la venta online es un complemento de la física. Puede ser un extra a final de mes o incluso superar en ganancias a la tienda física. Esto es algo que muchos comercios han descubierto en los últimos meses al verse obligados a dar el salto al digital. Hay un mercado, especialmente joven, que compra sobre todo en internet y todas las tiendas deberían acercarse a este nuevo entorno.
