El valor de las cosas hechas a mano, trabajadas con paciencia, sin prisas, mimando los detalles. En un mundo cada vez más artificial y digital, el cuerpo nos pide volver a los orígenes, a eso que somos capaces de hacer con nuestras propias manos y que es mucho más preciado solo por esa razón: porque lo hacemos nosotros mismos.
(Yorokobu + HP)
https://youtu.be/EV7_Dqc0Le4
De cosas hechas a mano saben mucho los participantes en el Festivalet. La edición de este año, que tuvo lugar el 12 y 13 de diciembre en el Museu Marítim de Barcelona, congregó a muchos de esos artesanos de hoy capaces de hacer ropa, mostazas o cervezas artesanales sin emplear más maquinaria que la imprescindible.
Yorokobu estuvo presente junto con Sprout by HP e invitó a cinco de esas empresas a probar el PC que quiere demostrar que artesanía y tecnología no tienen por qué estar reñidas. PeSeta y Fábrica de Texturas jugaron con las telas, con la madera, con las formas y con los colores para crear dos tarjetas navideñas usando solo sus manos, su creatividad y todas las posibilidades que les brindaba Sprout.
Porque, en el fondo, se trata de imaginar, de jugar con los objetos, con las formas, con los colores. Quizá por eso los niños fueron quienes más disfrutaron con Sprout by HP. Primero, en el taller impartido por Technology will save us, con quien construyeron un par de circuitos eléctricos. Y tras la electricidad, llegó el momento de jugar, de dejar volar la imaginación, de crear caras combinando objetos que los niños movían con sus manos sobre la pantalla del ordenador, cambiaban de lugar, de color, tocaban… creaban.
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Las mostazas artesanas de La ballena Elena y la empresa Family Beer nos acompañaron también ayudando al público asistente a crear sus propias etiquetas personalizadas, que luego lucirían sobre sus productos.
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Porque para todo artesano, sus principales herramientas son las manos y mucha creatividad. Pero ese proceso de elaboración que devuelve al hombre su capacidad creadora no tiene por qué excluir otras herramientas más tecnológicas. Al fin y al cabo, las manos y la imaginación siguen siendo imprescindibles para manejar un pincel, una aguja o el Sprout by HP.
Fotos: Helena Exquis y Yorokobu
