Las imágenes hablan y también mienten: figuras retóricas visuales

Estamos tan acostumbrados a ver figuras retóricas en el lenguaje escrito que se nos olvida que las imágenes también hablan. También usan recursos expresivos que manipulan el cómo para amplificar el qué. 

Seguro que sabrías decir varias figuras retóricas. Todos conocemos la metáfora, la comparación, la yuxtaposición… y hasta podrías recitar de memoria el célebre soneto de Quevedo (el del hombre a una nariz pegado, no el que canta con Omar Montes). Pero, ¿sabrías identificar estos recursos en lo visual? ¿Y usarlos deliberadamente?

Por si quedaba alguna duda, una figura retórica es manipular el lenguaje (escrito, oral o visual) con fines expresivos o estéticos. Es dotar de forma al cómo para que el qué llegue con más fuerza. Para que el continente no solo acompañe, sino juegue con el contenido. Es una forma de potenciar nuestro discurso.

Para qué sirven las figuras retóricas (literarias y visuales)

La fuerza de los tropos es ilimitada, pueden ser muy sutiles y pueden producir un eco que resuene en los confines del consciente (y subconsciente) colectivo. Hay artistas y creadores que han hecho del uso figuras retóricas una maestría en sí misma, pero todos podemos usarlas:

 

  • para que el concepto y mensaje sean más atractivos y persuasivos: Captando la atención del lector, oyente o espectador, haciendo que el discurso sea más memorable y convincente. 
  • para añadir belleza y expresividad al discurso: Enriqueciendo la obra a través de capas que dotan de un tono más poético o artístico. 
  • para transmitir emociones de forma más intensa: Ayudando a crear un impacto emocional en el lector, oyente o espectador.
  • para destacar una idea: Ayudando a enfatizar un punto importante o a dar más peso a una idea. 

Las podemos usar en ilustraciones, publicidad, diseño, fotografía, arte conceptual, poesía visual, escultura… allá donde queramos transmitir un concepto sin palabras, solo con recursos visuales, las figuras retóricas serán nuestras aliadas.

Las figuras retóricas

Podemos jugar con la realidad, la percepción y la lógica:

  • Paradoja
    Imágenes que son aparentemente contrarias a la lógica.
Drawing Hands. Escher (1948)

 

  • Hipérbaton
    Alteración del orden lógico de los elementos.
La firma en blanco. René Magritte (1965)

 

  • Hipérbole
    Exageración visual extrema.
El cuarto para escuchar por René Magritte (1952)

 

  • Absurdo Elementos combinados de forma ilógica
Mierda de artista por Piero Manzoni (1961)
  • Juego óptico
    Ilusión visual que engaña al ojo o a la percepción.
Relativity por Escher (1953)

 

  • Trampantojo
    Ilusión visual hiperrealista que engaña al espectador.
Huyendo de la Crítica. Pere Borrell del Caso (1874)

 

  • Prosopopeya (personificación)
    Atribuir cualidades humanas a lo que no lo es.
Creatividad publicada en Yorokobu para Seat Start Moving

 

Podemos hacer del conjunto o colección un lenguaje en sí mismo:

  • Secuencia
    Representar el paso del tiempo o una evolución mediante imágenes sucesivas.
Imagen de Miriam Persand para campaña de Adidas en Yorokobu

 

  • Serie
    Conjunto de imágenes relacionadas con variaciones progresivas o temáticas.
Serie Marilyns. Andy Wahol (Museo de Arte Moderno de Luisiana) Foto: Kongkiat Samangsri (Shutterstock)

 

. Repetición
Uso reiterado del mismo elemento para generar ritmo o insistencia.

Yayoi Kusama

 

Hay muchas formas de comparar y mostrar la relación entre elementos

Desde un punto de vista más semántico y conceptual:

  • Metáfora
    Un objeto representa otro sin nombrarlo directamente. Es una comparación implícita y directa donde un elemento sustituye a otro.
Secuencia del vídeo publicado en Yorokobu para Alhambra

 

  • Alegoría
    Imagen que representa una idea abstracta.
    Se podría decir que es una metáfora extendida, utilizando símbolos y personajes para transmitir un significado más profundo.

 

La Libertad guiando al pueblo. Eugène Delacroix (1830)

 

  • Analogía
    Relación visual entre dos cosas diferentes que comparten una estructura o función.
La creación de Adán. Miguel Ángel (1511)

 

  • Metonimia

Usar un elemento asociado en lugar del objeto representado.

La persistencia de la memoria. Salvador Dalí (1931)

 

  • Contradicción

Elementos incompatibles que se niegan y oponen mutuamente.

Esto no es una pipa. René Magritte (1929)

 

  • Antítesis

Contraposición clara de elementos opuestos. Se diferencia de la contradicción en  que no deben necesariamente implicar una contradicción lógica.

El jardín de las delicias. El Bosco (1500)

 

Oxímoron

Combinación de dos conceptos opuestos que originan un nuevo sentido.

Ilustración de Adelaxd publicada en Yorokobu.

 

  • Ironía

Lo que se muestra contradice lo que se espera.

Hasta su abuelo. Francisco de Goya (1799)

 

Y desde un punto de vista más formal:

  • Comparación o símil

Relación visual directa entre dos elementos por sus semejanzas y diferencias.

Izquierda: Retrato de Inocencio X por Velázquez (1650). Derecha: Estudio del retrato del Papa Inocencio X de Velázquez por Francis Bacon (1953)

 

  • Yuxtaposición

Colocar dos imágenes juntas para crear nuevas lecturas.

Vídeo publicado en Yorokobu para Alhambra

 

  • Binomio fantástico

Unión de dos elementos dispares que genera una tercera imagen imposible.

Rueda de bicicleta. Marcel Duchamp (1913)

 

  • Imagen múltiple

Una imagen compuesta de otras o que cambia según cómo se mire.

Vertumno. Giuseppe Arcimboldo (1590)

 

  • Elipsis


Supresión de un elemento visual que se sobreentiende.

Los amantes. René Magritte (1928)

 

  • Sinécdoque

Mostrar solo una parte para aludir al todo.

Cráneo. Alberto Durero (1521)

  

  • Sinestesia

La asociación de dos o más sensaciones que pertenecen a diferentes sentidos.

El grito por Edvard Munch (1893)

 

A menudo estas figuras retóricas conviven y se mezclan. A veces apelan a la razón, y otras, debemos dejarnos llevar por la intuición. En ocasiones las paradojas conceptuales que surgen de estas obras remueven nuestro pensamiento, y en otras ocasiones es el golpe estético el que ataca nuestro sentir. Algunas son muy evidentes y otras son tan sutiles que necesitan de una observación consciente. Pueden ser una parte fundamental del discurso o simplemente un potenciador puramente formal. Pero la mayoría de las veces se mueven a lo largo del espectro que hay entre concepto y forma.

En cualquiera de los casos, los tropos o figuras retóricas refuerzan, evidencian o multiplican un concepto, mensaje o sensación haciéndolo más impactante, memorable y permeable. Úsalos con intención, porque tienen un poder infinito, pero úsalos.

 

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