Libretas imprevisibles donde ni una hoja es igual

19 de octubre de 2012
19 de octubre de 2012
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Una libreta es, a menudo, un puñado de hojas donde la monotonía se impone de principio a fin. El diseño de las páginas se perpetúa desde la primera hasta la última. No hay emoción al pasar la página. La imagen que sigue es previsible. Pero lo cotidiano tiene grietas por donde surgen proyectos disidentes. De ahí salió Fink, unos cuadernos que abominan de la tiranía de la uniformidad.

Estas libretas no tienen ni una página igual. Las tramas de cada hoja es distinta a la anterior. “Elaboramos los cuadernos a mano. Hacemos el diseño de las tramas, las frases, la serigrafía, la encuadernación, el guillotinado… Y cada uno es diferente”, explica Silvia Fernández, la autora de este proyecto junto a Teresa García.

Al ser únicos, son, a la vez, “personalizados”, según Fernández. “Cada cuaderno y cada sobre donde los enviamos tienen frases distintas”.

Entre estos mensajes las autoras han escrito: “No tengas miedo. Solo es un cuaderno”, “Comer plátanos aumenta la creatividad” o “Contiene 3 blocs chachis”. A veces, juegan con la palabra Fink e imprimen en los cuadernos “¡Viva el Fink de semana!”.

Fink es una palabra inventada que “hace alusión a dos términos en inglés: ink (tinta) y think (pensar)”, cuenta la diseñadora. “Queremos decir que si alguien piensa con estos blocs, las cosas van a ser distintas”.

La artesanía se remata con una filosofía ecológica. “Todo el material es reciclado. Las hojas de los cuadernos, el papel vegetal en el que se envuelven para el envío… y también imprimimos en una sola tinta”.

La primera tirada constó de 200 cuadernos. La segunda llega ahora. La mayor parte de la primera se vendió en la tienda online de su página y en algunas tiendas de Madrid. Los establecimientos a pie de calle aumentan ahora aunque todavía solo en esta ciudad.

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Patrick Thomas

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