Ray Bradbury, el escritor que sacaba su fuerza de las ideas

6 de febrero de 2018
6 de febrero de 2018
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Ray Bradbury tenía 92 años y los días contados. Vivía en su casa de California, atendido por una enfermera y un canal de TV encendido todo el día: Turner Classic Movies. Era 2012 pero entre esas voces de otro siglo se sentía mejor. Sam Weller, su biógrafo autorizado, lo visitaba a menudo para hablar con él. Un día, poco antes de morir, se interesó por su fortaleza.

—Has escrito cientos de relatos cortos, novelas, ensayos, poesías, obras de teatro, programas de TV… ¿De dónde sacaste la energía para hacer todo eso?

Las ideas producen energía. A lo largo de los años me provocaron para sacarme de la cama y correr hacia la máquina de escribir o coger un bolígrafo y un papel a mitad de la noche. A menudo me despertaba a las 3.00 de la mañana y buscaba una libreta porque tenía que anotar algo antes de que desapareciera.

ray bradbury folletin

Weller se interesó después por el juez interno que le decía lo que estaba mal y lo que estaba bien.

—¿Cómo decides que algo es lo suficientemente bueno?

—Mi subconsciente acierta casi siempre. Él decide por mí. Apenas se equivoca. Cuando trabajo una idea, escribo notas y las dejo reposar. Cuando vuelvo a verlas, mis instintos me dicen si debo retomarla y acabar la historia. Mi subconsciente me avisa. No decido con el intelecto.

El escritor zen tenía un guía más: el amor. Lo contó dos años antes en una universidad de Medicina de EEUU. Weller, que dirigía el cotarro, le dijo:

—Una mujer de la audiencia quiere conocer una de las perlas de sabiduría que tienes para los jóvenes escritores del mundo.

—Deja que el amor sea tu centro —respondió Bradbury—. Deja que el amor sea tu poder. Haz lo que amas y ama lo que haces. No hagas nada por dinero. Todo debería ser por amor. El dinero vendrá como recompensa posterior en la vida. Pero llega más tarde. Olvida el dinero. Haz lo que amas y ama lo que haces.

Fuente: Ray Bradbury. The Last Interview, editado por Sam Weller.

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