La idea de Pepe Villatoro se llamó Revolución con Letras. Consistió en una página web que publicaba artículos de opinión cualquier mexicano que tuviera algo que decir. Los textos eran votados y después publicados en una revista vendida por invidentes. El proyecto tenía como objetivo fortalecer la opinión pública en su país y crear una sociedad más informada. No funcionó. Fracasó.
“Hay que cagarla, es la única manera de aprender y encontrarnos como personas”, dijo Pepe ante un público de 60 personas que querían escuchar su experiencia en el mundo del emprendimiento. Esto es una Fuck up night, donde con una cerveza de por medio, decenas de emprendedores se unen a hablar de los errores que han cometido y cómo mejorarlos para arrancar su negocio.
Julio Salazar, un mercadólogo colombiano, tuvo la idea junto con otros cuatro amigos (Leticia Gasca, Pepe Villatoro, Carlos Zimbrón y José Luis López de Nava) de empezar con las Fuck up nights. Al darse cuenta de que el ecosistema de los emprendedores siempre se hablaba de casos de éxito, consideraron que habría que poner el mismo empeño en celebrar los fracasos.
“Muchos de nosotros tuvimos que enfrentar mini fracasos y superarlos para llegar a los proyectos que tenemos hoy en día. En ese aprendizaje y conocimiento se nos ocurrió armar una noche en la que emprendedores vienen a compartir sus historias de fracaso. La idea es que aquellos que apenas empiezan aprendan que el camino no es fácil y requiere de mucha formación y carácter para llegar a convertirse en alguien importante”, explica Salazar, quien ahora trabaja junto con Villatoro en Hub DF, un proyecto que tiene como objetivo conectar a innovadores sociales para tener un mundo mejor y que cuenta con una sucursal en Madrid.
La Fuck up night es para todo tipo de rubro. El protagonista puede ser cualquier persona, de cualquier edad y con cualquier proyecto, siempre y cuando tenga un espíritu de emprendimiento y que deje en claro a los demás, que hay que seguir intentándolo.
Desde hace tres meses, se celebra esta fiesta con el apoyo del Hub DF y del colectivo We are Todos. Los organizadores, que buscan la colaboración entre todos los participantes, compran alrededor de 64 cervezas e invitan a todos los interesados a traer lo que quieran beber mientras escuchan, una vez al mes, las historias de tres de los ponentes que quieran hablar de sus fracaso. Estos preparan una presentación con 10 imágenes sin textos y tienen 45 segundos para explicar su fracaso y enseñar al público una lección. El evento no tiene fines de lucro, solo busca alimentar el ecosistema del emprendimiento con nuevas ideas.
“Todos pertenecemos a distintas organizaciones y vemos la importancia de colaborar especialmente cuando el ecosistema emprendedor apenas está detonando y existen estas ideas de que las empresas grandes o ya establecidas no han fracasado nunca”, agrega Salazar.
El mismo cuenta su fracaso. Hace tiempo trató de desarrollar una alternativa ciudadana llamada Voto Ciudadano para incentivar el sufragio entre los jóvenes y diseñar un proyecto ciudadano con miras a 2018, pero no funcionó. La campaña fue comprada por otra compañía y el empezó a trabajar en otro tipo de proyectos.
“Me puse en contacto con varias personas con las que sigo colaborando y lo vemos siempre como un primer intento para cambiar México que no resultó. Personalmente no tengo interés en seguir en temas políticos, pero si en ir modificándolos y hacer otros proyectos nuevos más establecidos”.
Basados en las Fuck up nights, estos jóvenes emprendedores pretenden crear conferencias para apoyar emprendedores a través de historias de fracaso, con un modelo de negocio similar al de TED.